Para muchos, las vacaciones estivales solían ser sinónimo de desconexión total. En cambio, desde que nuestros dispositivos móviles y nosotros somos inseparables, nos cuesta dejarlo todo atrás, especialmente si ese “todo” nos conecta a Internet. No obstante, ya sabemos que conectarnos al WiFi público de aeropuertos, cafeterías u hoteles puede acarrear serios problemas. Hoy te enseñamos a minimizar los riesgos:
- Siempre que sea posible, no utilices una red pública. En su lugar, intenta usar una conexión protegida por una contraseña. Los atacantes utilizan las redes públicas para robar las claves y datos personales de los usuarios y descargar programas maliciosos en los sistemas de estos. Además, es aconsejable verificar el nombre y la dirección IP de la red con un empleado ya que existen redes falsas que imitan el nombre de otras legítimas para estafar a los internautas.
- Si no tienes otro remedio que usar una red pública, extrema las precauciones. No accedas a tu perfil en redes sociales donde almacenas información personal y, nunca, entres en tu banca online porque pondrás en peligro a tus datos financieros.
- Utiliza una VPN o red privada virtual. Dichas redes proporcionan a los usuarios una conexión a Internet segura y cifran todos los datos que se transmiten durante la sesión. Existen multitud de VPN gratuitas así como otras soluciones de seguridad robustas por apenas 5 ó 10 dólares mensuales. Así, encontramos opciones como Hamachi, Private Internet Access y Astrill. Entre las más usadas, además, se incluyen Shrew Soft, Comodo Unite y la versión gratis de Hamachi.
- Los usuarios también pueden aprovechar las conexiones de sus teléfonos para convertirlos en hotspots móviles. Esto nos permite acceder, de forma segura, a Internet; aunque debemos saber que podrá restarnos velocidad a nuestra tarifa de datos.
- Lamentablemente, ninguna de estas soluciones es segura al 100%; por este motivo, siempre debemos utilizar una solución de seguridad robusta en nuestros portátiles, tablets o smartphones.