En diciembre del 2020, la FDA de los Estados Unidos aprobó la vacuna de Pfizer contra el COVID-19. En un transcurso de 24 horas, comenzó a nivel mundial una de las campañas de vacunación más grandes de la historia con países de todo el mundo apresurándose por dar la bienvenida al fin de la pandemia.
Por desgracia, las cadenas de suministro no han podido cubrir la demanda, además, también ha habido largos retrasos debido al desafortunado diseño de los programas de vacunación. Por otro lado, por supuesto, cada país ha priorizado ciertos grupos para que sean los primeros en vacunarse.
¿Qué opción puede tener alguien que necesita la vacuna con desesperación? ¿Y qué posibilidades hay para quienes buscan beneficiarse del caos que se origina? La respuesta es la misma: recurrir al mercado negro.
Venta clandestina de vacunas
Puedes encontrar de todo en los mercados de la dark web. ¿Buscas una cuenta premium de un sitio de pornografía? Conseguirás una por tan solo unos 50 céntimos. Y un “paquete de identificación” que incluya nombre completo, número de la seguridad social, fecha de nacimiento y número telefónico a partir de unos 10 euros.
Por tanto, no debería sorprendernos que desde el principio de la pandemia se abriera un mercado nuevo: la venta de todo lo relacionado con el COVID. Esto incluye equipos de protección y, por supuesto, vacunas.
Los expertos de Kaspersky encontraron, mediante una búsqueda en 15 mercados, anuncios de tres de las principales vacunas contra el COVID: Pfizer/BioNTech, AstraZeneca y Moderna. También encontraron anuncios de vacunas no verificadas.
Los precios por dosis van desde 250 a 1200 dólares, con un promedio de 500 dólares. Un análisis más profundo mostró que no solo los precios incrementaron considerablemente después de la publicación de la efectividad de las vacunas de Moderna y Pfizer, sino también la cantidad de anuncios. Los vendedores provienen principalmente de Francia, Alemania, Reino Unido y Estados Unidos. Las comunicaciones se hacen mediante aplicaciones de mensajería cifrada como Wickr y Telegram.
Principalmente, los vendedores aceptan pagos en bitcoin. Son muy pocos los que aceptan otra criptomoneda. De esta forma es más difícil rastrear los pagos y el anonimato del vendedor queda protegido.
Nuestros investigadores también descubrieron que muchos de los vendedores habían realizado entre 100 y 500 transacciones.
Pero ¿es real o se trata una estafa?
Sobra decir que cuando recurres a la venta ilegal siempre corres el riesgo de desperdiciar tu dinero en un producto que nuca verás, y las dosis de vacunas en la dark web no es ninguna excepción. Sin embargo, se desconoce cuántos vendedores ofrecen el producto real.
Lo cierto es que sí hemos encontrado reseñas positivas en algunas publicaciones, lo que podría indicar que al menos algunos usuarios han recibido dosis reales. Eso sí, si las reseñas son reales o no es imposible saberlo.
Con frecuencia, los centros médicos, farmacias y hospitales de todo el mundo se quedan con dosis sobrantes de las vacunas. Por lo que es factible que un trabajador de estos lugares haya podido hacerse con las dosis adicionales y contactado con unos intermediaros de la dark web para venderlas.
También es cierto que el frasquito que te entrega un vendedor sospechoso a través de un foro anónimo en la dark web puede contener cualquier cosa: desde una inocua solución salina hasta una sustancia muy peligrosa.
Dicho esto, cabe destacar que aunque el producto que ofrecen es real, es posible que la dosis ya no sea efectiva cuando el comprador la reciba.
Uno de los retos principales de la campaña de vacunación actual son los requisitos de almacenamiento del medicamento. Por ejemplo, las dosis de vacuna de Pfizer y BioNTech deben mantenerse a -70 grados Celsius, una temperatura mucho menor que la de un congelador o nevera convencional. Esto significa que el transporte de esta vacuna requiere una cadena de suministro de ultracongelación. Una vez descongelada, la vacuna es viable solo durante cinco días. Pfizer desarrolló una caja con bolsas de hielo seco y un rastreador GPS para transportar las dosis, pero es difícil de obtener.
La vacuna de Moderna es un poco más fácil de transportar; necesita almacenamiento a -20 grados Celsius y la de AstraZeneca puede almacenarse a la temperatura de un refrigerador normal. Sin embargo, mantener esta temperatura durante la cadena de suministro no es nada fácil, y los compradores no pueden tener la certeza de que la vacuna se haya almacenado de forma adecuada, ni cuándo fue descongelada.
¿Te da igual esperar a la vacuna pero necesitas el certificado? Sin problema.
Quienes no quieran desembolsar cientos de euros en una dosis de la vacuna puede optar por un plan mucho más asequible: comprar certificados falsos de vacunación. Estos certificados, que podrían ayudar a relajar las medidas del confinamiento para algunas personas y facilitar los viajes internacionales, provienen principalmente de países europeos. Una ficha de registro de vacunación europea cuesta alrededor de unos 20 a 25 dólares.
En otros países es necesario que las personas presenten comprobante de que no tienen infección por COVID antes de que puedan realizar algunas actividades como trabajar en una oficina o tener una cita con el médico. Otra área de oportunidad más para los estafadores. Por ejemplo, en Rusia, los usuarios de la dark web pueden comprar un certificado falso que indique que no tienen COVID. El certificado no es barato, los precios van de los 3500 a los 5000 rublos rusos (de 40 a 60 euros).
¿Comprar o no comprar?
No hay duda de que comprar en la darknet es peligroso, además, el año pasado ya dejó claro que los estafadores están ansiosos por sacar provecho de la crisis actual. Esto significa que nada garantiza que se reciba el producto después de transferir los bitcoins y, mucho menos, una vacuna real que haya sido almacenada de forma adecuada y cuya administración sea segura.
¿Conclusión? Espera tu turno para la vacuna real por la vía legal.