La realidad del mundo cripto. Parte I: blockchains y criptomonedas

Todo lo que siempre has querido saber sobre las criptomonedas en general y los NFT en particular, y por qué no soy un gran fan de esa tecnología.

Todo lo que siempre has querido saber sobre las criptomonedas en general y los NFT en particular, y por qué no soy un gran fan de esa tecnología.


Así que, quieres comprar NFT.

Has leído muchas historias sobre gente que se vuelve inmensamente rica con ellos o con las criptomonedas y piensas: ¿Por qué no unirme? Bueno, el título provisional de este artículo era “No es una buena idea”, pero pasará mucho tiempo hasta que lleguemos a esa conclusión. El ecosistema de los NFT en sí mismo es bastante complejo, y las tecnologías que involucra están construidas sobre otras. Por desgracia, para comprender qué son los NFT se necesita contar con algunos conocimientos básicos.

Por ello, hemos dividido este artículo en tres partes, ordenadas de menor a mayor complejidad, según su nivel de abstracción. En la primera parte, hablaremos sobre blockchain y las ideas generales que se encuentran tras las criptomonedas. Esto nos permitirá, en la segunda parte, sumergirnos en el ecosistema de los NFT y estudiar finalmente los impactos sociales y políticos de esta industria.

La tecnología del blockchain

Si bien el blockchain ya no puede considerarse del todo una “nueva tecnología” en el 2022, es sorprendente descubrir la poca información que tiene la mayoría de la gente sobre este tema. Si ya sabes qué es el blockchain, puedes saltarte esta sección. Si no lo sabes y estabas pensando en hacerte rico con las criptomonedas, esta probablemente debería ser tu primera señal de alerta: ¿realmente esperabas ganar dinero con entidades cuyo concepto central te excluye por completo? Siendo claros y concisos, en la siguiente introducción presentaremos una serie de cuestiones de una forma muy simplificada, pero espero que sea lo suficientemente buena para comprender el único punto al que volveré de forma recurrente: en un primer momento, ¿para resolver qué problema se creó el blockchain?

Las blockchains, o cadenas de bloques, son “libros contables distribuidos”. En otras palabras, son una forma de almacenar datos de forma distribuida. Sobre el papel, esto no parece nada innovador: el mundo de la TI ha estado utilizando bases de datos distribuidas durante mucho tiempo para permitir que las empresas copien y sincronicen datos en múltiples ubicaciones. Pero estas ubicaciones generalmente están controladas por una sola entidad de confianza (es decir, una empresa).

Las blockchains tienen una propiedad adicional: se pueden distribuir entre muchas entidades que no confían necesariamente entre sí. Para ilustrar por qué es esto importante, podemos centrarnos en Bitcoin, la criptomoneda que fue la primera aplicación exitosa de la tecnología blockchain. Bitcoin fue diseñada como un sistema monetario que no requeriría de ninguna autoridad central para operar. Es una base de datos distribuida que contiene información sobre quién posee cuánto, y esta base de datos se actualiza cada vez que se realizan transacciones.

Según mi experiencia, la parte del “almacenamiento de datos distribuidos” de blockchain se suele entender bien. La mayoría de las personas entiende la idea de bloques de información encadenados que contienen una suma de verificación (o hash criptográfico, que llamaremos H en el siguiente ejemplo) para certificar la integridad del enlace anterior.

Un ejemplo de la cadena de bloques o blockchain.

Un ejemplo de la cadena de bloques o blockchain.

Dado que todos los participantes de la red deben tener una copia exacta de la cadena de bloques, esto supone una serie de desafíos de seguridad que hay que abordar. ¿Qué te impide actualizar esta base de datos distribuida mediante un registro que diga que ahora posees 10.000 BTC? Al fin y al cabo, dado que no existe una autoridad central, tu palabra es tan válida como la de cualquier otro participante de la red. O, aún mejor: ¿hay alguna forma de utilizar tu dinero dos veces enviando múltiples órdenes de transacción antes de que la información haya tenido tiempo de distribuirse en todas las copias del libro de contabilidad general?

Las respuestas técnicas a estos problemas no son tan importantes como sus consecuencias: las blockchains son tanto un medio de almacenamiento distribuido como algoritmos de creación consensuada. Quiero insistir en este punto, porque es muy importante para comprender las blockchains: lo que realmente aportan es su capacidad para compartir información de manera constante entre múltiples partes no fiables que tienen un incentivo financiero directo para envenenarlo con datos falsos.

Las criptomonedas (no son monedas)

Así que aquí estamos, armados con una buena herramienta para compartir datos. Encontrar aplicaciones para ella, como veremos, resulta ser una tarea mucho más difícil de lo que parece. En 2009, un individuo (o grupo de individuos) desconocido que usaba el apodo de Satoshi Nakamoto lanzó la primera versión pública del cliente de Bitcoin, seguido del whitepaper o libro blanco publicado un año antes. La idea detrás de Bitcoin era crear un sistema de moneda peer-to-peer (o entre pares) puramente digital que pudiera funcionar sin los bancos (centrales u otros) y sin el apoyo de ningún estado. En el contexto de Bitcoin, el libro de contabilidad actúa como un registro de todas las “monedas” existentes en el sistema, donde cada bloque representa un número de transacciones. Los bitcoins se mueven a través de “monederos” (el equivalente aproximado de una cuenta bancaria); los usuarios pueden demostrar la propiedad de sus monederos mediante el cifrado de clave pública, y esto les otorga el derecho a enviar su dinero a otros.

Sobre el papel, la idea suena muy bien. ¿Pero funciona? Si bien hay muchos aspectos a tener en cuenta para responder a esta pregunta, podemos comenzar simplemente observando los usos prácticos de Bitcoin en la actualidad, que, hasta la fecha, sigue siendo el activo criptográfico más importante. La primera compra de bienes físicos registrada con criptomonedas (una pizza por 10.000 BTC en 2010) se percibió como una señal alentadora de que esta forma de pago algún día se convertiría en la habitual. Más de una década después, esto no ha sucedido.

Muchos proveedores, entre los que se incluyen Tesla, Microsoft, Steam y Dell, intentaron aceptar Bitcoin en algún momento, pero acabaron dándose por vencidos por varias razones: por la baja demanda, la inestabilidad de las tasas de cambio o incluso por preocupaciones sobre el impacto ecológico (hablaremos de ello más adelante). Con respecto a las monedas, Bitcoin ha fracasado. Muchos defensores de las criptomonedas cuestionarán esta afirmación, pero seamos realistas:

  • Es casi imposible encontrar tiendas que acepten bitcoins.
  • Los retrasos en la validación de las transacciones son exorbitantes. Si fueras a una tienda con la intención de pagar con bitcoins, tendrías que esperar al menos diez minutos antes de poder marcharte con el producto.
  • Los pagos en bitcoins conllevan comisiones por transacción (comisiones aplicadas a los participantes de la red como pago por confirmar transacciones). Actualmente son relativamente bajas, del tipo de 1 dólar por transacción, pero llegaron a alcanzar los casi 60 dólares durante el auge de 2017.

Resumiendo, incluso si encontraras… una panadería dispuesta a darte una barra de pan a cambio de bitcoins, se formaría una gran cola de espera y terminarías pagando por el pan el doble de su precio al por menor. Solo hay unos pocos casos de uso en los que no se presentan ninguno de estos problemas, y se reducen prácticamente a la compra de drogas y el pago de rescates, casos que tienen una utilidad social discutible. Aun así, el hecho de que Bitcoin sea un sistema de pago terrible no significa que no se haya logrado nada: la gente está dispuesta a pagar actualmente más de 23.000 dólares por 1 BTC… así que debe tener algún uso, ¿no?

Si preguntas a los aficionados de las criptomonedas que quizás conozcas, descubrirás que casi ninguno de ellos compró bitcoins para gastarlos (al menos, no en algo que estén dispuestos a admitir), sino con toda la intención de revenderlos para obtener ganancias. El primer motivo por el que la gente compra bitcoins es por la especulación: aunque como moneda el proyecto fracasó, como sistema de juego superó con creces las expectativas. No me malinterpretes, no tengo nada en contra de los juegos de azar, simplemente confundirlos con otras cosas suele llevar a la ruina financiera. Aun así, si, como comentaba al principio, tu objetivo en todo esto es hacerte rico, no hay ningún problema: ¡todavía estamos en buen camino!

Si hay algo que les encanta en el mundo de las criptomonedas, es una línea que va hacia arriba.

Si hay algo que les encanta en el mundo de las criptomonedas, es una línea que va hacia arriba.
Fuente: Índice de Consumo de Electricidad de Bitcoin de la Universidad de Cambridge

Las críticas a Bitcoin no terminan aquí. Uno de los principales argumentos en contra es lo terriblemente ineficiente que es realmente la red. Solo puede soportar de tres a siete transacciones por segundo (TPS), a diferencia de los procesadores de pago reales como Visa y MasterCard (1.700 y 5.000 TPS, respectivamente, con una capacidad máxima mucho mayor). Ethereum, otro importante sistema de blockchain, logra un promedio de 15-25 TPS, lo que está un poco mejor, pero aún está a años luz de cualquier forma de escalabilidad. Estas cifras podrían pasarse por alto si el coste de alcanzar esos miserables 3-7 TPS no fuera tan sumamente alto. Cada transacción requiere de un consumo de energía de más de 2.000 kWh, con un total estimado de 89 TWh (teravatios-hora) para 2022 (aquí se pueden encontrar las estadísticas en tiempo real). Compara esto con los 0,000109 TWh de MasterCard consumidos en todo el 2019, además de tener en cuenta que podrían hacer mil veces más operaciones con esa energía. Ahora compara esto con el consumo de 2021 de Francia (441 TWh) o de Alemania (503 TWh), sin contar con el hecho de que Europa está en medio de una gran crisis energética [1] En la siguiente sección estudiaremos los razonamientos contrarios a los argumentos de los fanáticos de blockchain que se relacionan con estos problemas..

La causa de este absurdo consumo de energía es un mecanismo llamado “prueba de trabajo”. Hemos mencionado anteriormente cómo las blockchains deben proporcionar ciertas garantías, como el hecho de que actores malintencionados no puedan inyectar información falsa en el libro de contabilidad. Para evitar que esto suceda, cada bloque agregado a la cadena debe ser validado por la red. Este proceso implica que los participantes de la red compitan para resolver un problema complejo [2] El primero que encuentre la solución al problema recibe una recompensa (actualmente de 6,25 BTC). Este proceso se llama “minería” y así es como aparece la nueva moneda en el sistema. Si no fuera por este mecanismo de recompensa, nadie tendría ningún incentivo para ayudar a validar las transacciones y todo el sistema se derrumbaría.; la idea subyacente es que ningún atacante pueda desperdiciar suficiente poder de cómputo (es decir, energía) para sobrepasar al resto de los participantes. Aquí tienes un ejemplo del tipo de hardware que se necesita para tener una mínima oportunidad de obtener una solución:

Una granja minera de 2.500 GPU

Una granja minera de 2.500 GPU [3] Las tarjetas gráficas son muy eficientes en el tipo de operaciones que implica la minería, y son los principales componentes de hardware utilizados por los mineros. De hecho, su gran demanda, provocó una escasez mundial con la que todavía estamos luchando.. Fuente

Una breve lección magistral de optimismo

Los defensores de las criptomonedas se apresuran a señalar que muchos de los problemas (si no todos) descritos en esta primera sección están relacionados con malas decisiones de diseño realizadas al inicio de Bitcoin, y que las blockchains en 2022 no son lo que eran en 2010. Habrás notado que hablo continuamente de “blockchains“, en plural. Eso es porque existen muchas hoy en día, cada una implementada teniendo en mente diferentes propiedades. Teniendo esto en cuenta, estos son los dos principales contraargumentos que se suelen dar normalmente:

  • Existen algunas alternativas a los derrochadores algoritmos de prueba de trabajo, como los de prueba de participación [4] Los algoritmos de prueba de participación se discutirán en detalle más adelante en otra sección de este artículo, ya que intercambian los problemas de consumo de energía por problemas de gobernanza, empeorando la situación.;
  • Se están realizando investigaciones para mejorar la cantidad de transacciones por segundo operadas por las blockchains, posiblemente a través de los llamados protocolos de “Capa 2” como Lightning [5] Lightning es un protocolo construido sobre Bitcoin, que se basa en contratos inteligentes para abrir canales de pago entre usuarios (a costa de inmovilizar algo de capital). Un sistema ligeramente similar a los balances contables que permite a los usuarios transferir dinero entre pares hasta que ellos decidan finalizar la transacción, momento en el que la transacción resultante se traspasa a blockchain. Irónicamente, la solución que estos protocolos L2 ofrecen intentando suplir la ineficiencia de blockchain, implica generalmente realizar transacciones fuera de blockchain o, lo que es peor, renunciar a la descentralización.
    .

Y esos defensores parecen tener razón: las blockchains no tienen que funcionar tan mal como Bitcoin y hay que tener en cuenta que realmente toda esta tecnología aún está en pañales. No hay duda de que se puede mejorar drásticamente. Por desgracia… nada de esto importa. La experiencia que nos ha dado la historia científica a lo largo de los años nos muestra que la difusión de las tecnologías, por muy innovadoras que sean, lleva, en el mejor de los casos, decenas de años.

La cuestión es que no importa que se diseñen este año otras nuevas e increíbles blockchains, Bitcoin y Ethereum siguen siendo las tecnologías dominantes y no es muy probable que esto cambie en un futuro cercano. A pesar de que los principales actores involucrados pueden aportar nuevas contribuciones a este campo (como en el caso de Ethereum dejando a un lado los algoritmos de prueba de trabajo), esto solo se hará caso a caso, durante largos períodos de tiempo y con un alcance limitado. En otras palabras, a menos que se produzca una importante revisión del ecosistema, de proporciones cataclísmicas, las blockchains actuales y todos sus problemas (entre los que se incluyen también otros que no hemos tratado aquí [6] La mayor parte de lo que queda por discutir sobre los desafíos de las criptomonedas gira en torno a las garantías de privacidad que ofrecen (que no son tantas en el caso de Bitcoin). Mi impresión es que estas cuestiones no tienen una gran importancia a gran escala ya que, como ya hemos establecido, las criptomonedas realmente no se pueden usar para comprar nada.) persistirán de una forma más o menos similar.

Se rompe la promesa libertaria

La última estocada viene desde un ángulo casi completamente inesperado y con un golpe contundente que deja a la altura del betún todo lo que se ha discutido hasta ahora. La descentralización, como he insistido en mi introducción a las blockchains, es la razón de ser de las criptomonedas. Sus acérrimos defensores están dispuestos a llegar tan lejos como para afirmar que todos los costes y las dificultades que hemos establecido anteriormente son el precio que están dispuestos a pagar por realizar pagos de entre pares que eliminen realmente la necesidad de que intervengan terceros de confianza. Aquí puedes un vídeo de cuatro minutos de la Declaración de Independencia de Bitcoin [7] Es posible que las personas que aparecen en este vídeo no representen la postura oficial de los responsables actuales de Bitcoin (si es que hay alguien ahí), pero sus opiniones representan las opiniones compartidas por muchos usuarios en la comunidad de criptomonedas. (aquí está la transcripción por si prefieres leerla), a ver si detectas un lenguaje antisistema.

A lo que me refiero es que, si las criptomonedas no ofrecen una descentralización adecuada, es decir, una auténtica alternativa a los sistemas de pago controlados por bancos y monitorizados por el estado, realmente es mejor que no existan. ¿Qué serían entonces las criptomonedas centralizadas, sino una forma mucho peor de brindar un servicio que ya ofrecen Visa y MasterCard?

Aquí va una verdad incómoda: las blockchains no están realmente descentralizadas. Esto es así en muchos niveles. Usando Bitcoin de nuevo como ejemplo, como recordarás, debido a la prueba de trabajo, los usuarios deben poder proporcionar una enorme potencia computacional para participar en la red. ¿Tienes una granja de GPU como la que mostrábamos en la imagen anterior? Si no es así, seguramente nunca puedas validar una transacción. Y, lo que es aún peor, los grandes participantes, que son recompensados ​​por ser los primeros en validar una transacción, aumentan sus posibilidades combinando sus recursos, lo que lleva a una concentración aún mayor del poder de procesamiento de Bitcoin.

Distribución de tasa hash en la red de Bitcoin

Distribución de tasa hash en la red de Bitcoin. Fuente

El diagrama anterior muestra que, en el momento en el que he escrito este artículo, más de la mitad de las transacciones en la red de Bitcoin están operadas por tan solo cinco entidades. Ethereum parece encontrarse en una situación similar. Si una de estas entidades alcanzara el 51 % de la participación, sería un desastre, porque recuerda que las blockchains son en gran parte protocolos de consenso. Cuando alguien tiene la mayoría, el consenso deja de tener sentido, ya que puede hacer lo que quiera.

De momento, no parece que estemos acercándonos a esta situación, por lo que Bitcoin y Ethereum todavía están técnicamente descentralizadas. Pero también estamos muy lejos del ideal original del peer-to-peer: no hay forma de que tú, como recién llegado, participes de manera significativa en la red. Y cuando sea necesario tomar decisiones sobre el futuro de estas blockchains, obviamente las voces de estas entidades importarán más que la tuya.

Los algoritmos de prueba de participación mencionados anteriormente proponen reemplazar los derrochadores sistemas de prueba de trabajo basando la validación no en la energía pura que puedas aprovechar, sino en la cantidad de dinero que puedas ofrecer como garantía. No cabe duda de que será mejor para el planeta, pero también está claro que estos algoritmos colocan el poder en manos de un número limitado de personas ricas a las que es posible que nunca puedas unirte. No es nada sorprendente que las autoproclamadas tendencias libertarias de Silicon Valley hayan dado lugar a una variación de la última etapa del capitalismo (en la que se encuentran en la cima).

Una buena forma de ilustrar este problema es el cambio planificado a finales de este año de Ethereum a un algoritmo de prueba de participación. No es una decisión fácilmente criticable, teniendo en cuenta la cantidad de energía que acabará ahorrando. Sin embargo, no se puede pasar por alto el hecho de que una “criptoaristocracia” cambiará las reglas del juego (que se aplican a todos nosotros) de una forma que probablemente consolide su poder sobre el conjunto del ecosistema [8] Aquí encontrarás más información sobre el proceso de gobernanza de Ethereum. Aquí se afirma que: “La gobernanza de Ethereum ocurre externa a la cadena y una amplia variedad de actores intervienen en el proceso”..

¡Pero espera que hay más! Trail of Bits también tiene un excelente artículo de investigación titulado Unintended centralities in distributed ledger (en español, Centralidades no intencionadas en el libro de contabilidad distribuido) que detalla otros desafíos técnicos para la descentralización en las blockchains [9] También puede interesarte este artículo de 2019 que contiene pruebas matemáticas de la “imposibilidad de una descentralización total en las blockchains sin permiso”.:

  • La cantidad de entidades necesarias para alterar la red es mucho menor de lo que cabría esperar;
  • Los desarrolladores de blockchain tienen un poder desproporcionado, que solo puede combatirse mediante cambios sumamente disruptivos.

En general, las blockchains están (hablando estrictamente) descentralizadas en el sentido de que no están controladas por una sola entidad, sin embargo, en la práctica están muy centralizadas, ya que el poder reside en su mayor parte en unas pocas entidades.

Básicamente: banca furtiva

Bueno, como finalmente hemos establecido, las blockchains no están realmente descentralizadas. Pero ¿qué pasa con la industria de las criptomonedas? ¿Está realmente compuesta por fanáticos activistas que aspiran a liberar a la humanidad de la esclavitud de los estados corruptos, como se proclamaba en sus inicios?

Una breve encuesta sobre los principales nombres relacionados con el ámbito de las criptomonedas sugiere lo contrario. Se supone que Elon Musk, Peter Thiel, Jack Dorsey y los hermanos Winklevoss, por nombrar algunos, han invertido en criptomonedas de forma masiva. ¿Es que los multimillonarios tecnológicos tienen un plan secreto para devolver el poder a la gente? No es muy probable. Dudo que el 1 % de las personas más ricas del mundo tenga un gran interés por derrocar el marco capitalista general del que tanto se beneficia.

Echemos un vistazo al panorama global. Digamos que, después de toda esta explicación, todavía quieres comprar bitcoins. ¿Cómo puedes hacerlo? Lo más probable es que busques un servicio de intercambio online que convierta el dinero que tanto te costó ganar en la criptomoneda que elijasc [10] Sí, hay formas de programar una reunión con vendedores privados y realizar el intercambio offline, pero probablemente esto no es lo que harás. En cualquier caso, esto solo representa una minúscula fracción de todas las transacciones.. Estas plataformas actúan como guardianes del mundo de las criptomonedas. Te pedirán una copia de tu documento de identidad, verificarán tu identidad para cumplir con las regulaciones estatales y luego podrás depositar tu dinero mediante una transferencia bancaria o tarjeta de crédito. Luego podrás usar tu saldo para comprar criptomonedas en la plataforma, claro que, pagando una tasa.

Hay muchas plataformas entre las que puedes elegir, pero al hacer una pequeña investigación sobre quiénes son sus socios, la situación resulta bastante preocupante:

Podría seguir, pero ¿por qué los bancos financiarían de forma activa una tecnología cuya base ideológica pretende que queden obsoletos? La respuesta es, obviamente, que este no es el caso. Los bancos se han dado cuenta del valor especulativo de las criptomonedas y se han preparado para unirse a la fiesta igual que tú y actuar como intermediarios, porque… bueno, hay dinero en juego.

Una típica compra de criptomonedas

Una típica compra de criptomonedas

La guinda del pastel es la forma en la que funcionan internamente estos intercambios. Resulta que, cuando compras criptomonedas, las plataformas simplemente actualizan tu saldo en su base de datos local, porque, nuevamente, ¡usar la blockchain sería demasiado lento y costoso! De hecho, muchos comerciantes de criptomonedas nunca han enviado una sola transacción a la blockchain, porque lo único que hacen es cambiar de una moneda a otra para obtener un beneficio con la fluctuación de las tasas de cambio… y estas operaciones ocurren localmente.

Y aquí es donde se cierra el círculo: el acceso al mundo de las criptomonedas solo se puede lograr a través de un puñado de empresas, que básicamente realizan un seguimiento de la cantidad de (cripto)divisas que posees hasta que decides retirarlas. Si esta no es la definición exacta de la industria bancaria de la que queríamos escapar en un primer momento (reconstruyendo el sistema con su financiación y orientación, nada menos), no sé cuál es.

Conclusión

Sin duda, este ha sido un largo viaje; sin embargo, aunque parezca increíble, desde aquí las cosas solo van a seguir yendo cuesta abajo. Realmente, aunque el tema que quería abordar de forma más amplia eran los NFT, es imposible entender sus graves implicaciones sin tener una idea general con la que comprender la base sobre la que están construidos. Siendo más claro, permíteme resumir los puntos clave que hemos establecido hasta ahora:

  • La tecnología de las blockchains se basa en algoritmos de creación de consenso integrados en bases de datos distribuidas. Son muy ineficientes en sus funciones, lo que se compensa (supuestamente) por estar descentralizados.
  • Las criptomonedas se diseñaron inicialmente como una alternativa al dinero que existe en el mundo real, un objetivo que lamentablemente no se ha logrado alcanzar. En seguida degeneraron en activos especulativos altamente volátiles y desde entonces no han tenido ningún propósito práctico. Las blockchains siguen siendo una solución que busca un problema.
  • La promesa central de la descentralización ni siquiera se ha cumplido, lo que asesta un golpe mortal a todo el esfuerzo realizado. Las criptomonedas centralizadas son tan solo otra forma de banca digital y esto ya existía, solo que mejor implementado en todos los aspectos imaginables. Pero realmente llegamos a este punto con el pretexto de construir un sistema conceptualmente opuesto, lo que, en retrospectiva, ha valido la pena aunque sea tan solo por la gran ironía que supone.

En el próximo episodio: Los contratos inteligentes de Ethereum, los tokens no fungibles y el sutil arte de crear imágenes jpeg increíblemente únicas a escala industrial. ¡Mantente al tanto!

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