Aviso: A continuación compartiremos la opinión del autor, que no tiene por qué coincidir con la postura oficial de Kaspersky como empresa.
Las dos primeras partes de esta serie establecieron que las criptomonedas y las NFT terminaron en el lugar contrario hacia el que afirmaban dirigirse. Y podríamos habernos detenido ahí: después de todo, nuestra intención inicial era analizar la posibilidad de enriquecernos con las NFT. Entonces, ¿qué queda por decir ahora que hemos comprobado que es poco probable hacerse rico? ¿Continuar no sería perder el tiempo?
Por desgracia, todavía queda mucho que contar. Aunque haya conseguido disuadirte de acceder al mundo de las criptomonedas y, por mucho que ese mundo esté experimentando una gran caída, unas fuerzas muy poderosas siguen trabajando para garantizar no solo su supervivencia sino también su penetración en nuestra vida diaria. Por ello, antes de separarnos, hay un punto final y crucial que debo señalar: las criptomonedas no cumplen con nada de lo que prometieron y, aunque lo hicieran, sería un desastre.
El pánico bancario
Para empezar, debatamos un poco sobre el estado actual del mercado de las criptomonedas. En mayo del 2022, su capitalización cayó de 1,8 a 1,2 billones de dólares, es decir, perdió aproximadamente el equivalente al PIB de Polonia. En estos momentos, están por debajo del billón de dólares. Los NFT también cayeron drásticamente en la primera mitad del 2022, dado los golpes al ecosistema, en el que los principales actores experimentaron problemas de liquidez. Este noviembre, una de las plataformas de intercambio más importantes del mundo, FTX, se declaró en bancarrota y su dirección se enfrenta a acusaciones por conducta inapropiada. Con pasivos de entre 10 a 50 mil millones de dólares, la caída de FTX seguramente cambiará el panorama de las criptomonedas para siempre. Pero el 2022 ya había sido un año difícil: stablecoins como Tether o Terra, criptoactivos que intentan mantener la paridad con el dólar estadounidense, ya se habían enfrentado a graves dificultades. Estas monedas estables ofrecen una forma de almacenamiento de capital de baja volatilidad (idealmente, sin volatilidad) sin salir del contexto de las criptomonedas. Si esperas que Ethereum baje, puedes intercambiar todas tus reservas por su cantidad equivalente en stablecoin y comprar Ethereum de nuevo a un precio más bajo más adelante. Este proceso es más rápido y económico que tener que retirar dinero en dólares, aunque sea de forma temporal.
Obviamente, la paridad uno a uno de las stablecoins con el dólar debe garantizarse de alguna forma; de lo contrario, solo será otra criptomoneda volátil en el mercado. Algunos confían en medios algorítmicos para mantener el equilibrio, mientras que otros prometen tener suficientes reservas fiat para respaldar la moneda. En ambos casos, los picos recientes en los intentos de retirada dinero no han ido bien y generan dudas sobre la capacidad de las stablecoin para mantener su valor bajo presión. Esto ha provocado que cada vez más personas intenten abandonar lo que parece un barco en pleno hundimiento, aumentando la presión sobre estas monedas y empeorando la situación. Se ha perdido la paridad del dólar, generando el pánico. Los tipos de cambio de todas las criptomonedas se han visto afectados, al igual que otras empresas. A principios de este año, Celsius, una empresa que actuaba como banco comercial de criptomonedas, tuvo que congelar las retiradas y declararse finalmente en bancarrota [1] Además de enfrentar problemas de liquidez debido a la retirada de fondos de sus clientes, Celsius invirtió gran parte de su Ether en un producto derivado (“sETH“) que le permitía invertir dinero con antelación en el futuro esquema de validación de prueba de participación de Ethereum (ver parte II). Por desgracia, los desarrolladores de Ethereum siguen retrasando el cambio de la prueba de participación, los sETH están perdiendo su valor y los ETH preasignados permanecen bloqueados, lo que empeora los problemas de solvencia de Celsius.. Poco después, otro criptobanco, Babel, también suspendió las retiradas debido a problemas de liquidez. Esto mismo ha sucedido estas últimas semanas después de que surgieron rumores sobre la falta de solvencia de FTX. Irónicamente, el ecosistema creado para “liberar a las masas de los bancos” está experimentando una situación de pánico bancario tras otra.
Las criptomonedas también están expuestas a la inflación
Vale la pena investigar las razones por las que tantas personas han estado tratando de retirar dinero en los últimos meses, situación que ha provocado este colapso. La mayoría de los observadores están de acuerdo en que la causa principal es la inflación [2] Otra razón es el hecho de que la minería es cada vez menos rentable debido a la subida del precio de la energía y el desplome de los tipos de cambio., que actualmente afecta a la mayoría de las economías del mundo real. En el contexto de una recesión, los inversores se vuelven más reacios al riesgo y las personas deben apretarse el cinturón, privando al ecosistema de la afluencia de los recién llegados de los que depende y sacando capital del ecosistema.
Esto es digno de mención porque uno de los principales argumentos que se escuchan a favor de las criptomonedas es cómo pueden usarse como refugio contra la inflación y otras manipulaciones monetarias por parte de los gobiernos. Después de todo, la creación monetaria en criptomonedas es inamovible: por ejemplo, el suministro total de Bitcoins aumentará gradualmente hasta llegar a los 21 millones y luego se estancará para siempre. Los entusiastas de las criptomonedas suelen apuntar a la expansión cuantitativa (EC) como causa de la inflación y prueba de que no se debe confiar en los gobiernos en asuntos monetarios. En realidad, es al revés: el criptomercado florecía mientras las políticas de EC inundaron a los inversores con dinero gratis. Pero ahora que la fiesta ha terminado, todos corren hacia la salida.
Ya sabíamos que, en contra del objetivo inicial de las criptomonedas, las decisiones gubernamentales sí han tenido un impacto en su mundo, como cuando China prohibió la minería en su territorio. Y en la actualidad también resulta obvio que no están tan desvinculadas de la economía del mundo real como hubieran querido sus defensores.
El absurdo del dinero apolítico
Si bien la primera parte de esta serie se centraba en la noción de que las criptomonedas no son monedas adecuadas en absoluto, un punto ciego que queda por abordar es la idea de que algún día podrían mejorar lo suficiente como para cumplir este propósito. Muchos entusiastas son conscientes de los errores en las tecnologías de la blockchain, pero se mantienen firmes en que los próximos avances lo resolverán todo. El problema es que están equivocados, no porque la capacidad de la humanidad para la ingeniería sea limitada, sino porque la idea está condenada al fracaso desde el principio.
Históricamente, la gestión del dinero siempre ha sido prerrogativa de los estados. La ley visigoda del siglo VII permitía el uso de la tortura para investigar la falsificación de dinero (al final, al culpable se le cortaba una mano). En el Imperio Carolingio (750. Algo más próximo, los falsificadores todavía eran condenados a muerte en Francia, justo hasta que se abolió la pena de muerte en 1981. Y en la actualidad, vivimos en un mundo en el que un sintecho puede recibir de entre tres a seis años de cárcel por intentar comprar comida con billetes falsos de 20 dólares. El mensaje sigue siendo claro: no juegues con el dinero.
Esta es una lección que Facebook, una empresa que podría decirse que suele salirse con la suya, aprendió de la forma más difícil cuando intentó lanzar su propia stablecoin. La idea era que las grandes empresas de tecnología (Uber, Lyft, Spotify, PayPal y MasterCard) crearan su propia moneda universal para el ámbito digital. Pero, ante el rechazo regulatorio de las autoridades estadounidenses, tuvieron que renunciar al proyecto [3] Curiosamente, Cambridge Analytica, la famosa compañía conocida por recopilar datos de 87 millones de usuarios de Facebook y usarlos para entregar anuncios muy específicos a los votantes en la red social, también consideró lanzar su propia moneda digital. Su proyecto se describió como “un medio para poder infligir básicamente el control del gobierno y el control corporativo privado sobre las personas, lo que simplemente toma toda la premisa inicial de esta tecnología y la pone patas arriba de una forma muy distópica”. y vender toda la propiedad intelectual y los activos. Los gobiernos inmediatamente reconocieron este intento como un desafío a su poder, por lo que lo cortaron de raíz.
Cuando las empresas de tecnología intentan lanzar su propia moneda, tienden a pasar por alto un aspecto clave del dinero: la moneda no existe como uno de los muchos medios de intercambio, sino que es parte de un sistema económico más amplio que está profundamente integrado en nuestras sociedades. El mantenimiento de una economía estable se considera como uno de los roles principales que se supone que deben cumplir los estados. Y cuando fallan, puedes esperar giros dramáticos en la trama. La Gran Depresión de 1930 se considera un factor importante que condujo a la Segunda Guerra Mundial. En 1788 y 1789, justo antes de la Revolución Francesa, dos años consecutivos de malas cosechas dieron como resultado que una hogaza de pan costara el 88 % del salario promedio de un trabajador (esto no terminó bien para los altos cargos).
La moneda debe considerarse como parte de la caja de herramientas que los estados pueden aprovechar cuando el bien común está en juego. Los bancos centrales pueden y deben devaluar o revaluar la moneda, e incluso imprimir más según el contexto. ¿Por qué? Porque de lo contrario, la gente moriría. Argumentar que este poder debería estar en manos de actores privados y egoístas (o no existir en absoluto) requiere nada menos que una fe ciega en los efectos estabilizadores del capitalismo desregulado. Es el equivalente digital de decir que queremos que los responsables de la crisis de las hipotecas de alto riesgo se hagan cargo de la Reserva Federal. Si quieres un ejemplo menos dramático, no hace falta salir de la Eurozona: los estados miembros han adoptado una moneda global controlada por el Banco Central Europeo, con la que básicamente renunciaron a la formulación de políticas monetarias. Ahora privados de las herramientas descritas anteriormente, los estados individuales de la Unión luchan para resistir las recientes crisis financieras. Todos los expertos coinciden en que fue una idea terrible [4] Esta declaración no debe interpretarse como una oposición fundamental a una unión entre los pueblos europeos, todo lo contrario. Simplemente defiendo que la forma en que se implementó presenta importantes deficiencias, en particular en lo que respecta al euro. Para que conste, tampoco creo que sea realista volver a este punto..
El discutible uso de la devaluación o la expansión cuantitativa por parte de los estados a menudo se usa como argumento de por qué las personas deberían confiar en las criptomonedas. No se puede negar que estas herramientas se han utilizado de manera incompetente en numerosas ocasiones, pero esa no es una buena razón para argumentar que nunca deberían volver a usarse. El dinero es una parte íntegra del arte de gobernar, por lo que solo puede ser político, y un aspecto esencial de la política es su naturaleza conflictiva. La política existe porque la gente no está de acuerdo en las cosas, incluida la forma de administrar el dinero. La premisa de las criptomonedas de que se deben implementar algoritmos para resolver esos desacuerdos es un síntoma de una creencia generalizada y preocupante en el espacio tecnológico de que podemos encontrar soluciones tecnológicas a los problemas políticos. El ascenso estelar al poder de nuestra industria ha afectado a muchos científicos informáticos con la ilusión de que su comprensión de los ordenadores en los que se basa la sociedad moderna se traduce en una capacidad para comprender sus problemas [5] Nuestra dichosa ignorancia de los principios económicos y diplomáticos más básicos quizás se ilustre mejor con esta entrevista, en la que un asesor de Blockchain Capital LLC argumenta que usar Bitcoin como moneda global evitaría guerras, porque pedir dinero prestado sería tan poco práctico que los estados no serían capaces de financiar conflictos largos e impopulares.. Pero no podrían estas más equivocados:
- Los algoritmos diseñados hasta ahora han fallado inequívocamente, como lo demostraron la primera y segunda parte de esta serie.
- Cualquier algoritmo propuesto en el futuro será derribado tan pronto como aumente su prevalencia, ya que los estados tienen una necesidad existencial de salvaguardar su control sobre sus monedas.
- Los algoritmos nunca han sido una estrategia correcta para la política monetaria, ya que esta siempre debe resultar del consenso social y ser reevaluada periódicamente. Por tanto, reside puramente en el ámbito político.
Y lo que es peor: la idea de que la gestión mediante algoritmos sería imparcial y, por lo tanto, más justa también es una falacia. No existe ningún algoritmo neutral; solo hay algoritmos con políticas codificadas [6] La idea de que las criptomonedas son tecnologías neutrales y que su transparencia incorporada es un fuerte incentivo contra el mal comportamiento surge mucho en las discusiones sobre este tema. No solo es falso (cualquiera que preste atención es consciente de las innumerables estafas y manipulaciones del mercado que plagan el ecosistema), sino que también ignora cómo los avances tecnológicos reestructuran la sociedad de forma que no son absolutamente neutrales (por ejemplo, la imprenta, la máquina de vapor, la informática, Internet, etc)..
La política de las criptomonedas
Por tanto, debemos examinar qué creencias políticas están integradas en las tecnologías de la blockchain y las criptomonedas, ya que esto nos iluminará sobre los riesgos de una adopción generalizada. Si el código es ley, ¿cómo es esa ley?
El patrón oro
Uno de los aspectos más cruciales de cómo se diseñan las criptomonedas más importantes está relacionado con la oferta monetaria. Bitcoin, como se mencionó anteriormente, contiene un límite codificado de 21 millones de monedas. Ethereum no tiene un límite, pero también controla la creación monetaria al garantizar que no pueda haber más de 18 millones de ETH cada año [7] Ethereum fomenta aún más la deflación al destruir las monedas pagadas como tarifas de gas. La eliminación constante de dinero del fondo común evita que la oferta crezca demasiado.. El documento técnico original de Bitcoin establece explícitamente que “una vez que un número predeterminado de monedas ha entrado en circulación, el incentivo puede pasar a las tarifas de transacción y quedar completamente libre de inflación”, lo que demuestra la resistencia a la inflación como un objetivo clave del diseño. Nadie tiene en cuenta la contradicción de haber terminado con un instrumento financiero conocido por sus impredecibles espirales inflacionarias y deflacionarias, que se sigue promoviendo como una protección contra cualquiera de estas dos.
Aunque ya hemos desacreditado esta supuesta resistencia a la inflación en una sección anterior, sigue siendo un elemento importante del discurso a favor de Bitcoin. No sorprende que Bitcoin recibiera el nombre de “oro digital” en el pasado o que su propia jerga contenga términos como “minería”, ya que los fundamentos teóricos de la criptomoneda están estrechamente vinculados a la idea del patrón oro. A lo largo del siglo XX, las monedas fiat han estado vinculadas a un recurso físico (es decir, oro o plata) y el estado no podía emitir más monedas de la que podía respaldar con metal. Para emitir dinero extra, primero tenían que extraer más oro, pero el suministro mundial es limitado [8] Si EE. UU. volviera al patrón oro, necesitaría comprar la mitad del oro del mundo para respaldar su propia economía. No hay suficiente oro en la Tierra para que todos los países vuelvan al patrón oro.. En 1972, EE. UU. renunció a ese sistema para siempre por muchas razones, entre ellas el hecho de que restringía demasiado al gobierno e impedía políticas expansivas cuando estaban justificadas.
Hoy, el consenso oro es casi unánime. Solo unos pocos grupos de expertos de derecha como el Instituto CATO (financiado por Charles Koch y Murray Rothbard) y republicanos incondicionales como Ron Paul siguen defendiéndolo. Por ello resulta sorprendente que el patrón oro se utilice como base en las principales criptomonedas, y luego sus entusiastas las defienden como una política económica sólida.
¡Abolir la Reserva Federal!
Otra idea básica para la construcción de criptomonedas es que su carácter descentralizado les permite operar sin la supervisión de terceros de confianza. De nuevo, podemos citar el informe original de Satoshi Nakamoto: “la raíz del problema con la moneda convencional reside en toda la confianza que se requiere para que funcione. Se debe confiar en que el banco central no degradará la moneda; pero en la historia de las monedas fiat se han producido muchas violaciones de confianza”. El objetivo de este párrafo no es examinar la validez de este rechazo a los bancos centrales, sino reconocerlo por lo que es: una idea profundamente de derechas. Es en este artículo en inglés cuyo título se traduce como “Tu banco central te roba tu dinero” encontramos ejemplos perfectos, al igual que en la sección de comentarios de cualquier contenido online que critique la tecnología blockchain. El fundador de FTX, Sam Bankman-Fried, acusó a la Reserva Federal de la recesión actual [9] Los argumentos que afirman que los bancos centrales provocan una inflación incontrolable al manipular las tasas de interés no tienen en cuenta el hecho de que estas acciones se toman en realidad en respuesta a la inflación, con el fin de controlarla. En condiciones normales, los bancos centrales suelen apuntar a una tasa de inflación del 2 % que los economistas ortodoxos consideran la más favorable. (aunque los últimos acontecimientos han puesto en duda antisemitismo y las teorías de conspiración de la extrema derecha que incluyen figuras de élite sombrías y la colusión del estado profundo para robarle a la clase media.
Nada de esta ideología nació con las criptomonedas. Si no fijamos en los detractores de la Reserva Federal fuera de esta área, nos encontramos fácilmente con [10] También denominado “anarcocapitalismo”, aunque las escuelas de pensamiento anarquistas tradicionales rechazan cualquier afiliación a él debido a diferencias ideológicas irreconciliables.. La pieza central de su filosofía es la idea de la libertad como rechazo a la tiranía del estado. Para ellos, los Estados imponen límites inadmisibles a las libertades individuales y deben quedar restringidos a su forma más pequeña posible: una que salvaguarde la propiedad privada y nada más. En particular, perciben cualquier intento de redistribuir la riqueza o regular la economía y el libre comercio como una invasión inaceptable a la vida privada de los ciudadanos.
Con esto no estoy diciendo que todos los usuarios de criptomonedas se identifiquen como libertarios; sin embargo, es difícil discutir que la forma en la que se diseñaron las cadenas de bloques se acoge perfectamente los ideales libertarios. También resulta obvio que el ecosistema de las criptomonedas ha sido un factor determinante a la hora de llevar lo que solían ser teorías económicas marginales al frente del debate público. Sin caer en juicios morales infantiles como “la derecha es mala”, imaginar una sociedad transformada por las criptomonedas solo se puede lograr a través de una crítica a la filosofía política del libertarismo. Afortunadamente, las grandes mentes ya han asumido esta tarea por nosotros. Debido a mis inclinaciones personales, compartiré el relato de Noam Chomsky, que se identifica como un socialista libertario [11] Así como el anarcocapitalismo tiene poco que ver con el anarquismo, el socialismo libertario es significativamente diferente del libertarismo (pero lo cierto es que está muy cerca del anarquismo), ¿me sigues?, pero puedes quedarte con cualquier otro de esta lista si son más de tu agrado. O, si estás de acuerdo con la idea de que un choque darwiniano de las fuerzas del mercado es lo mejor para la sociedad, simplemente puedes saltarte los siguientes párrafos.
Los libertarios rechazan el poder del estado sobre la base de que nadie acepta un contrato social: estamos sujetos a las leyes de nuestro país por nacimiento y no tenemos la oportunidad de rechazarlas. La libertad, su valor capital, implica tres cosas:
- Todas las interacciones sociales deben regirse por acuerdos mutuos, libremente consentidos por las partes interesadas.
- No debe haber ninguna restricción sobre qué tipos de acuerdos se pueden lograr, especialmente por parte del estado.
- Los poderes del estado deben estar lo más limitados posible y este solo debe actuar como árbitro que haga cumplir los acuerdos entre iguales.
Puede sonar como un gran sistema entre iguales, pero desafortunadamente ese no es el mundo en el que vivimos ahora, dado que las personas interactúan desde diferentes posiciones de riqueza y poder. Si Jeff Bezos quiere algo de mí, es muy probable que lo obtenga, y de acuerdo con sus condiciones. Aunque técnicamente tengo la libertad de negarme, cualquier resistencia que presente puede ser derrotada fácilmente dado que la desproporción de poder es muy grande. Los libertarios no consideran que esto sea un problema, sino más bien una característica del sistema: les parece natural que los más hábiles o expertos en negocios sean recompensados con un mayor poder.
El problema es que el conjunto de reglas promovido por el libertarismo da como resultado un aumento gradual en la concentración de poder a lo largo del tiempo. Los poderosos pueden aprovechar su posición para obtener una ventaja sobre el resto del campo, lo que los coloca en una posición ligeramente mejor en la que pueden aprovecharse aún más. Incluso aunque restableciéramos mágicamente la sociedad a un estado puramente igualitario (que no forma parte en absoluto de las ideas libertarias), volveríamos al punto de partida tras unas pocas generaciones. No sorprende que esta ideología resulte especialmente atractiva para las entidades que ya lo están haciendo bien, como millonarios y multinacionales, que no quieren nada más que consolidar su poder y crear un entorno en el que ya no puedan ser desafiados. Al más puro estilo orwelliano, el término libertarismo termina representando lo contrario de lo que significa: su implementación da como resultado el sometimiento a una tiranía corporativa donde el sector privado tiene efectivamente un poder ilimitado y sin control.
Curiosamente, esta evaluación ha dejado de ser teórica. El mundo de las criptomonedas se ha construido sobre los preceptos del libertarismo y puede verse como su sociedad ideal en miniatura. La primera y segunda parte de esta serie demostraron, con suerte, cómo la dinámica resultante concentró el poder en manos de los que ya eran muy ricos. Lo único que queda por hacer ahora es concluir que este ha sido el diseño de la estructura subyacente en lugar de un desafortunado efecto secundario.
El futuro
No me importaría que los libertarios vivieran su propia pequeña distopía siempre que no hubiera un riesgo significativo de que esto pudiera contaminar Internet en su conjunto. Aunque no creo que las criptomonedas se generalicen pronto [12] Al menos no en su forma actual. Sin embargo, los CBDC tienen un gran potencial para una adopción generalizada, pero son una bestia muy diferente, por lo que no se tratarán aquí., todavía se están probando e implementando otras nuevas tecnologías basadas en la blockchain.
Web3
Una de esas tecnologías se llama Web3 y, a pesar de que todavía está en desarrollo, representa una nueva versión del concepto general de Internet. La premisa central también gira en torno a la descentralización: los servicios de Internet de hoy giran principalmente en torno a un puñado de plataformas como Google, Amazon, Microsoft y Facebook, cuyo liderazgo, si no se cuestiona de manera significativa, al menos es criticado por muchos. La idea detrás de Web3 es que los datos de los usuarios, actualmente atesorados por estas empresas, se almacenen en el futuro en la blockchain, donde se podrán descentralizar de nuevo.
El concepto es el siguiente: los pagos online se realizarán en Ether sin la necesidad de procesadores de terceros como PayPal o Stripe, y los monederos se integrarán directamente en los navegadores. Averiguaremos los nombres de dominio buscándolos en la cadena de bloques. El control de acceso se basará en NFT y contratos inteligentes. Te haces a la idea, ¿no?
El problema tabú es la duda de si realmente la tan ineficiente tecnología blockchain puede soportar el peso de todo Internet. Además del coste prohibitivo de cualquier operación en la cadena de bloques y otros problemas ya mencionados, como la capacidad del público en general para interactuar con la cadena de bloques. Suponiendo que todos los datos del mundo se migraran allí de alguna forma, ¿cómo accederías: como usuario o propietario de un sitio web? Se supone que las cadenas de bloques están distribuidas y descentralizadas, por lo que seguramente puedas obtener una copia de los datos. De hecho, es fácil hacerlo… siempre que tengas el suficiente espacio de almacenamiento. La blockchain de Ethereum actualmente pesa 875 GB, una cifra que no deja de crecer. Por supuesto, es posible que no necesites una copia completa, pero ni siquiera almacenar el último 10 % de esta única cadena de bloques resultaría práctico en la mayoría de los casos, y absolutamente impensable para dispositivos móviles.
Para afrontar este problema, algunas empresas, como Infura u OpenSea, han desarrollado interfaces (es decir, API) que los programadores pueden consultar para acceder al estado de la blockchain o de objetos respaldados por cadenas de bloques como las NFT. De esta manera, ya no necesitas una copia de los datos. En su lugar, puedes pedirle a una parte de confianza lo que te interese, estos lo buscarán en la cadena de bloques por ti y te enviarán el resultado. ¿Qué es eso que acabo de decir? ¿”Terceros de confianza”? Oh sí. La tarea de extraer información de la blockchain es tan tediosa que la acabaron descargando un par de empresas que se han convertido en las autoridades de facto de lo que contiene. Prácticamente todos los sitios web relacionados con la blockchain dependen de estos servicios. No importa que la información real quede inmutable y distribuida si los puntos únicos de fallo controlan todas las representaciones de estos datos en el mundo. La resistencia a la censura es el último argumento a favor de la blockchain que no habíamos abordado hasta ahora, pero tampoco se sostiene. De hecho, el ecosistema se basa en esto para vigilarse a sí mismo, por ejemplo, cuando OpenSea [13] Una plataforma que posee el 97 % del mercado de NFT que, estoy seguro, todavía está descentralizado. elimina los NFT robados para evitar su reventa. También se ha Independientemente de lo que diga el título, muchas entidades representadas en la columna Web3 son empresas, no protocolos. El objetivo de Web3 no es tanto una descentralización, sino un cambio de guardia[/caption]
Tengo serias dudas de que Web3 vaya a ver la luz alguna vez. En todo caso, hemos aprendido hasta ahora que las cadenas de bloques nunca escalan lo suficientemente bien como para manejar adecuadamente las aplicaciones del mundo real, sin embargo, el objetivo de Web3 es abarcar todo Internet. Otro obstáculo importante al que se tendrá que enfrentar Web3 es que hacer público todo en la cadena de bloques va en contra de esta era. De hecho, la última década ha estado marcada por sucesiones de debates sobre el manejo adecuado de los datos de los usuarios y muchas de las críticas han girado en torno a que los perfiles o las imágenes se hacen públicos de forma predeterminada, ante lo que varios países ya han respondido aprobando su legislación correspondiente. Ponte en contacto conmigo si eres capaz de explicarme cómo la información personal almacenada en la cadena de bloques puede cumplir con la disposición del RGPD contra su transferencia fuera de la UE. Algunos (como Dan Olson en su gran vídeo sobre este tema) han enmarcado este nuevo paradigma como un intento por parte de una nueva ola de empresas emergentes tecnológicas de usurpar el trono de los gigantes a la hora de disputar el control exclusivo de nuestra información personal. Y este puede ser el mayor obstáculo para el despegue de Web3: los grandes jugadores no tienen intención de pasar a la pelota.
Qué es el metaverso
La cuestión es que esos grandes jugadores tienen su propia visión de cómo debería ser el nuevo mundo con ellos en el centro de todo. Por ejemplo, Microsoft ha presentado su estrategia de metaverso y Facebook ha llegado tan lejos como para cambiar su nombre a “Meta”, un movimiento que, según nos hacen creer, está motivado únicamente por su sincera creencia en la viabilidad del metaverso como concepto y no tiene nada que ver con que su marca inicial se haya vuelto más radiactiva que el sushi de Fukushima.
La mejor manera de explicar el concepto de un metaverso es usar la película del 2018 Ready Player One como referencia. Aunque no la hayas visto, el tráiler ya explica más que la mayoría de los artículos. Un metaverso es un mundo paralelo al que se accede a través de un casco de realidad virtual, pero más allá del hardware, es básicamente como Second Life: una extensión del espacio físico por donde puedes moverte, pasar el rato con amigos e, incluso, trabajar. Sé lo que estás pensando: ¿y esto para qué? Ya podemos hacer todo esto en la vida real. Sin embargo, no podemos descartar la idea del metaverso solo por eso, de hecho, cuando se introdujo Internet, todo el mundo era bastante escéptico. No lo entendían: el correo ya se podía enviar en papel, los periódicos contenían toda la información que siempre habían querido y la idea de pedir productos en tiendas online sin haberlos visto antes parecía ridícula. Sin embargo, 30 años después, aquí estamos, porque son los modos de producción los que definen las necesidades del consumidor, no al revés. Si todas las interacciones sociales pasan a ese lado, querremos el metaverso. Los entusiastas de la tecnología lo describen como una nueva revolución a la escala de Internet.
El metaverso y la (ausencia de la) blockchain
Pero antes de preguntarnos si el metaverso tiene alguna posibilidad de afectar a nuestras vidas, debemos aclarar una cosa: ¿qué tiene que ver con las cadenas de bloques? En el 2002, Second Life logró alcanzar cierto nivel de éxito tanto con su mundo virtual como con su moneda sin depender de ninguna de las tecnologías descritas en esta serie. Sin embargo, con el concepto actual, se nos ofrecen diferentes metaversos, mundos operados por varios actores desde y hasta el que te teletransportarás como islas vecinas. Para que la experiencia general sea coherente, la información debe compartirse entre todos los metaversos. Si compras unas deportivas Nike auténticas para tu avatar en el reino de Microsoft, lo lógico es que no esperes andar descalzo cuando te mudes a Facebook. La solución a esto, según algunos, es que todos los objetos “poseídos” en el metaverso deben representarse como NFT, lo que convierte a la blockchain en una especie de mecanismo de interoperabilidad en los mundos digitales.
Sin embargo, resulta muy curioso que, por mucho que Microsoft y Facebook estén promocionando el concepto de metaverso, casi nunca mencionen la blockchain. A pesar de que han creado un consorcio llamado Metaverse Standards Forum con Adobe, Nvidia, Alibaba y muchos otros, si echamos un vistazo rápido a los miembros, vemos que los actores de la blockchain ni siquiera están involucrados. Esto me dice que no importa lo que crea la industria de la criptografía, los gigantes tecnológicos tienen planeado moverse por su cuenta. Lo cierto es que hay una solución mucho más obvia para el problema de los metaversos múltiples: hacer que surja una hegemonía clara. Los principales actores en el espacio del metaverso no hablan de la blockchain porque actualmente la interoperabilidad es solo el plan B. Preferirían matar a la competencia y solo tener una isla gigante (la suya) utilizada por todo el mundo. Si la historia es un indicador, esta “apertura” tiene muchas más posibilidades de ser utilizada de manera cínica y estratégica para ganar tracción hasta el momento en que se convierta en el movimiento correcto para encerrar a los usuarios.
Por qué me preocupa el metaverso
Irónicamente, el concepto de metaverso me preocupó menos cuando me convencieron de que también sería derribado por el toque de Midas de las cadenas de bloques, una tecnología que, permíteme recordarte, nunca ha generado ni una sola aplicación práctica hasta el día de hoy debido a sus inherentes limitaciones. Sacar las cadenas de bloques de los metaversos no cambia el hecho de que ambos comparten la misma base ideológica libertaria de corazón y, en el caso de estos últimos, su inevitable degeneración en tiranía corporativa se siente aún más evidente [14] Curiosamente, parte de la trama de Ready Player One gira en torno a arrebatarle el control del metaverso a su empresa matriz.. Algunos pensadores llaman a este tipo específico de sometimiento “nos han fallado constantemente?
Puede que no tengamos elección. Las empresas que más están invirtiendo en el metaverso son también algunas de las más poderosas del mundo. Por ello, pueden tener la capacidad (mediante posiciones dominantes o pura fuerza de marketing) para obligarnos a pasar por el aro de cualquier nuevo paradigma que los beneficie. De momento, nos protege el alto precio de las gafas de realidad virtual, pero esto puede no durar para siempre. Me temo que dentro de 20 años habrá uno en cada hogar, por lo que la resistencia al metaverso solo podrá hacerse a costa del aislamiento social.
Para concluir esta sección, compartiré la razón por la que creo que las empresas de tecnología tienen una razón existencial para pelear esta batalla: el hecho de que el capitalismo tardío se enfrenta a un problema estructural. El sistema exige crecimiento y, de hecho, solo puede sobrevivir si sigue creciendo, pero hay un techo: el crecimiento tiene que detenerse en algún momento. No por razones morales, sino simplemente porque a la larga nuestro planeta se quedará sin recursos. El dicho de que “no puede haber crecimiento infinito en un mundo finito” se usa a menudo para abogar por el decrecimiento y alejarse por completo del capitalismo. La respuesta genial del capitalismo es eludir la realidad y crear nuevos mundos, esta vez virtuales e infinitos, donde el valor se puede extraer para siempre [15] Esto también explica por qué muchos multimillonarios están tan entusiasmados con la exploración espacial y la perspectiva de colonizar nuevos planetas..
Mirar los metaversos desde este ángulo nos permite comprender por qué se diseñarán principalmente como mercados, donde todos los bienes de la vida real se pueden duplicar y vender nuevamente, y con multinacionales que actúan como propietarios todopoderosos. El objetivo final es la mercantilización de cada aspecto de nuestras vidas. Yo, por mi parte, no quiero ser parte de eso.
Conclusión
Para terminar, sería fácil culpar a las cadenas de bloques por todos sus fallos. Las aplicaciones que nos han traído (o esperan traer) son absurdas. Todo está mal. En el mejor de los casos, son absolutamente inútiles. La mayoría de las veces, destruyen nuestro planeta y permiten formas completamente nuevas de opresión. Sin embargo, el fervor casi religioso que a menudo inspiran nos dice algo más. El sueño de la blockchain lleva consigo la promesa de una sociedad más justa, junto con un toque de venganza hacia el mundo financiero que ha arruinado la vida de las personas una y otra vez. No debería sorprendernos que sea difícil dejarlo ir.
Lo que realmente me fastidia es lo explotadora que ha resultado ser la alternativa. Si no lo crees, puedes leer los testimonios de personas que lo han perdido todo, ¿no se te rompe el corazón? No se trata de hacer inversiones financieras cuestionables, sino de que la sociedad actual deje atrás a muchas personas sin esperanza de mejorar sus vidas más allá de los medios que se ponen a su disposición: las apuestas. Y luego esos medios resultan ser otra herramienta secreta para transferir riqueza de los desfavorecidos a los ricos.
Y por fin, en el último párrafo de esta serie, encontramos la primera utilidad de la blockchain, las criptomonedas y los NFT. No es lo que son, sino lo que revelan sobre el estado del mundo y la intolerable desigualdad que tienen que soportar las personas. Sobre lo que la sociedad puede llegar a ser pronto a menos que hagamos algo al respecto. Más allá de esto, querido lector, estés donde estés, si estás tratando de salir de la miseria, espero sinceramente que lo logres, pero la blockchain no es el camino.