Todo el mundo sabe que nada de lo que ocurre en la Red desaparece para siempre, lo único que se puede anular es nuestra privacidad o, en algunos casos, nuestro orgullo. Por eso, cuando nos hablaron de SnapChat, un servicio con el que supuestamente se pueden enviar imágenes y vídeos que serán visualizados por el destinatario solo algunos segundos, nos hemos quedado un poco sorprendidos.
Si nos paramos a pensar un minuto, como mínimo tendríamos que ser un poco escépticos sobre el tema; de todas formas, SnapChat ahora es una aplicación muy popular y satisface una necesidad a muchos usuarios. Enviar fotos “picantes” con el móvil es un hábito que se ha difundido desde que la cámara de foto es una funcionalidad común en todos los dispositivos. Desafortunadamente, estas imágenes no se borran del móvil y nuestro ex novio o ex novia (que al principio era el amor de nuestra vida pero ahora ya no), puede quedarse con ellas por muchos, muchos años. Pues, SnapChat parece solucionar el problema.
Con la popularidad han llegado también los intentos de eludir el mecanismo a la base del funcionamiento de SnapChat. En realidad es bastante fácil, con solo una captura de pantalla el destinatario se puede quedar con la imagen enviada. Ahora la aplicación avisa al usuario si alguien ha hecho el pantallazo de la foto o del “snap”, aunque esta información no es que sirva de mucho, sobre todo si la imagen enviada era muy humillante o privada y no se puede hacer nada para volver atrás.
En realidad, la cuestión del “sexting” (enviar mensajes sexuales) está muy sobrevalorada. He tenido la ocasión de enviar o recibir mensajes por SnapChat y he visto a otra gente utilizar este servicio. A lo mejor, yo y mis amigos no somos suficientes para hacer una estadística, pero nunca he recibido mensajes “picantes” y nunca he visto a alguien recibir fotos subidas de tono. De hecho, la mayoría de los “snaps” no eran para nada comprometedores y no hacía falta que se borraran en cuestión de segundos.
Ejemplos aparte, en la aplicación el usuario comparte discretamente por Internet imágenes y vídeos que tienen una caducidad. Los mensajes sexuales representan solo una de las opciones posibles: aunque el usuario envíe una imagen divertida e inocua, si lo hace por SnapChat es porque quiere que desaparezca en unos segundos, da igual la razón que sea. Y la aplicación tiene que garantizar este servicio.
Desafortunadamente, esto no corresponde a la realidad. Desde el punto de vista técnico no es posible asegurar que algo sea borrado de la red de forma permanente; además existe otra aplicación “paralela” (llamada SnapHack) que anula por completo el concepto base de SnapChat. Citando las mismas palabras del desarrollador: “Se pueden guardar las imágenes recibidas sin que el remitente se entere, ¡para visualizarlas luego todas las veces que queramos y durante todo el tiempo que queramos! ¡No solo durante 5 segundos!”. Es más grave utilizar esta aplicación que hacer un pantallazo de la imagen, porque el remitente nunca sabrá que la foto ha sido guardada por la otra persona.”
Además, por cuestiones de seguridad, las autoridades policiales con una orden judicial pueden acceder a los “snaps” no leídos y utilizarlos en sus investigaciones.
Por todo esto, podemos decir con absoluta claridad que en SnapChat los mensajes no se borran después de un tiempo. Si eso no os importa, perfecto, podéis seguir utilizando la aplicación sin problemas. De todos modos, si creéis de verdad que los mensajes caducan después de 5 segundos, tenéis que reconsiderarlo porque no es así. Hay que recordar siempre una cosa: cuando algo está en la Red, sea potencialmente peligroso para vuestra reputación online o no, es muy probable que se quede en Internet para siempre, a pesar de lo que prometen algunas aplicaciones móviles.
Ah, y recuerda siempre tener instalada una protección antivirus en tu teléfono Android, como la app gratuita Kaspersky Internet Security for Android.