Vas visitando perfiles en una web de citas y ves a una chica que te gustaría conocer. Le envías un mensaje y ella responde de una manera amable y agradable. ¡Quiere conocerte más! ¡Quiere hablar contigo! Pero tras ese perfil en realidad no hay ninguna chica, sino un ciberdelincuente con barba cuyo único objetivo es conseguir tu número de teléfono para hacerte scam.
Hace poco, la policía rusa arrestó a dos hombres de Smolensk que se hacían pasar por unas atractivas y jóvenes chicas para robarles el corazón a los hombres de Moscú y, así, poder amenazarles y engañarles para que les ingresaran grandes sumas de dinero. Los delincuentes llegaron a ganar un millón de rublos mediante esta táctica.
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Aunque dichas historias sean tan viejas como el propio Internet, es poco probable que dejen de suceder en un futuro cercano. Por el contrario, este scam va al alza: la prensa británica ha informado de que el fraude de citas online en el Reino Unido costó el año pasado a las víctimas “la devastadora cifra de 27 millones de libras”. En Estados Unidos, cerca de 5.900 personas perdieron el año pasado más de 86,7 millones de dólares como resultado de sus romances con scams.
Cabe destacar que los estafadores cambian sus tipos de objetivos con el paso del tiempo debido a que cada vez hay más personas que utilizan tanto Internet como las webs de citas. Aunque los usuarios de cualquier edad puedan llegar a ligar con scams, en ambos países el sector de mayores de 40 años es el más afectado: casi dos tercios en el Reino Unido y más de tres cuartos en Estados Unidos. Por sorpresa, muchas eran mujeres.
La historia de una profesora de Oxford de 67 años, Judith Lathlean, llegó a los titulares en diciembre de 2015. Su romance online le costó un corazón roto, 140.000 libras y grandes deudas. La mujer, emocionalmente devastada, casi pierde su casa.
El scammer se inventó una historia enternecedora. Se presentó como un ingeniero criado en Sudáfrica que había perdido a su mujer por culpa de un cáncer (y la ayudó a combatirlo hasta el final). Llamó a Judith varias veces e iba a conocerla en persona cuando el padre de este murió y le robaron en casa. Nunca pidió dinero de forma directa, tan solo explicaba la situación, pero Judith se ofrecía a ayudarle (lo que fue un error).
Según explicó al DailyMail: “Me considero una persona inteligente y comprensiva. El scam era sofisticado y listo, diseñado para utilizar mis puntos débiles. No me siento tonta porque entiendo exactamente cómo ha sucedido. Si me ha pasado a mí, puede pasarle a cualquiera. Y si mi historia puede ayudar aunque solo sea a una persona, ya vale la pena haberla contado”.
Puedes leer la historia completa de Judith Lathlean en este artículo del DailyMail.
https://twitter.com/SuDigitalLawyer/status/750728282589503488
En agosto de 2015, Robinson Agbonifoayetan fue sentenciado a tres años de prisión después de que sus amigos y él defraudaran a dos mujeres. Las mujeres se enamoraron de “un general de los marines estadounidenses” y les dieron 300.000 libras.
Aun así, no pienses que las mujeres de mediana edad son las víctimas principales. Además, las cifras reales de fraudes románticos no se conocen con exactitud porque muchas víctimas, en especial las casadas, prefieren mantener el silencio. ¿Te acuerdas del escándalo del hackeo a Ashley Madison? En ese caso, los empleados de la página se comportaron como scammers: al haber solo unas pocas mujeres en la web, crearon cuentas con chicas guapas. Estos bots trataban de atraer a los primerizos para que chatearan y pagaran si querían continuar con la conversación.
#AshleyMadison reconoce que algunas de las mujeres de su web eran programas virtuales https://t.co/U2XyZYwhe7 pic.twitter.com/wP5tBYMfRO
— Kaspersky España (@KasperskyES) July 8, 2016
Créenos: cualquiera puede caer en la trampa. Así es como Monica Whitty, una ciberpsicóloga de la Universidad de Leicester, explica la situación al DailyMail:
“No seas ‘vulnerable'”, advierte. “Puedes ser una persona muy inteligente y tener un buen trabajo, pero las estrategias que emplean estos estafadores son muy sofisticadas”.
Monica ha adquirido mucha experiencia trabajando con las víctimas de fraudes amorosos y admite que estas se encuentran bajo una doble presión: se culpan a sí mismos y sus amigos y familiares hacen lo mismo. “Las víctimas que sufren un delito suelen recibir apoyo y simpatía, pero en el caso del fraude online, los amigos y las familias se enfadan. Su respuesta es: ‘¿cómo has podido ser tan ingenuo?'”.
Además del fraude de dinero, los delincuentes utilizan las webs de citas para difundir anuncios, virus y enlaces maliciosos.
Todos estos casos deberían ser una advertencia para todos nosotros: no todo lo que aparece en Internet es lo que parece. Así que no te fíes de las personas que no conoces hasta que las veas en persona y nunca les transfieras dinero, no importa lo perfectos que sean. También es una buena idea instalar un antivirus fiable, no te protegerá de una ruptura de corazón, pero puede proteger tus datos personales y financieros de los bots y los enlaces de phishing.