Por desgracia, algunos eventos internacionales no sólo despiertan orgullo y emoción, sino también sacan su peor cara con el fraude y la delincuencia informática. Miles de personas se congregaron en Brasil para asistir a la gran cita futbolística del mundo. Esto convirtió al país en caldo de cultivo para delincuentes, y fraudes como los bancarios o el caso particular del Boleto brasileño, que tienen ahora en el punto de mira las tarjetas de crédito
Los aspectos técnicos de esta amenaza han sido muy bien documentados recientemente por el experto de Kaspersky Lab, Fabio Assolini. Hoy me gustaría centrarme en un par de historias de conocidos míos que se han convertido en víctimas de estos fraudes en Brasil. Resulta además que estas personas son viajeros experimentados, cuidadosas con el uso de sus tarjetas de crédito, que aun así fueron víctimas de los delincuentes, sufrieron sus consecuencias y marcaron su viaje a este país rico y bello.
Recientemente, un amigo de confianza me contó una historia horrible acerca del fraude de tarjetas de crédito, que arruinó un exitoso viaje de negocios. Como había viajado ya a Sao Paulo, mi amigo tuvo la precaución de no utilizar su tarjeta de crédito, excepto para pagar los gastos del hotel, confiando en su condición de establecimiento multinacional y de renombre. Tristemente, esta confianza poco pudo hacer para mitigar los efectos del malware que tenían los ordenadores que se utilizaban para gestionar las transacciones.
Su tarjeta de crédito fue clonada y, posteriormente, utilizada para comprar unos billetes de avión, hacer reservas de hotel, e incluso ¡para registrarse en un servicio online de horóscopo! Las transacciones sumaron en total unos 2,000 dólares (1.500€), pero teniendo en cuenta que la tarjeta era de un banco latinoamericano, cuyas políticas hacen poco para proteger a los clientes, mi amigo será responsable de cada céntimo que no se recupere.
Cuando viajamos al extranjero nos enfrentamos a problemas totalmente diferentes a los de nuestro hogar, sin darnos cuenta de que estos problemas se dan incluso en instituciones de confianza, como hoteles internacionales, bancos y restaurantes del país. Afortunadamente, en el caso de mi amigo, la cantidad que le robaron no fue nada comparada con la de otras historias horribles de casos de fraudes de tarjetas de crédito.
Te contaré ahora otro caso, donde el protagonista es otro conocido. Durante su estancia en Brasil la persona en cuestión también trató de utilizar su tarjeta de crédito lo menos posible. Sin embargo, cuando se encontraba en el aeropuerto a punto de irse, decidió comprarse una camiseta de la selección nacional de fútbol. La transacción le llevó un rato, ya que el empleado de la tienda no paraba de decir que le denegaban la tarjeta de crédito, por lo que tenía que llevársela a otro datáfono, situado en la parte de atrás de la tienda, una técnica utilizada para ganar tiempo con el fin de clonar una tarjeta de crédito fuera de la vista de su propietario. Mi amigo finalmente se fue con su camiseta de Kaká, pero a un precio muy caro, 30.000 dólares (22.000 €), el dinero necesario para que los delincuentes pagaran todos los materiales para hacerse un casa y reparar un coche en Brasil. Afortunadamente, este conocido estaba afiliado a un banco americano y pagaba una cuota anual por un seguro contra fraude. Por lo tanto,, hicieron honor a sus políticas progresistas que mitigaban su responsabilidad.
La camiseta de Brasil más cara del mundo cuesta 30.000 dólares
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Estoy seguro de que en los próximos meses, la afluencia de aficionados al fútbol en Brasil se traducirá en un millar de historias de este tipo. En vez de esperar a que esta realidad cambie, cualquiera que desee viajar a Brasil debe tomar las máximas precauciones sobre seguridad al planificar su viaje. Póngase en contacto con su banco para actualizar las tarjetas de crédito de banda magnética por las tarjetas con chip y código pin, y siempre que sea posible, solicita tarjetas de viaje temporales, que pueden utilizarse y desecharse después del viaje. Por último, aunque el efectivo podría convertirte en el objetivo de carteristas y ladrones, su uso no presenta repercusiones futuras, como en los casos anteriores.
Si este consejo te llega demasiado tarde, te recomiendo que empieces a revisar detenidamente los extractos de tu tarjeta de crédito, no sea que compres unas segundas vacaciones o una casa que no es tuya.