Hay varias señales que sirven para detectar una estafa online. La más firme es una solicitud (o incluso exigencia) de transferencia de dinero a alguien, bajo un pretexto poco claro. Pero ¿qué pasa si, en lugar de entregar tu dinero, te transfirieran una cuantiosa suma? Suena demasiado bien, ¿verdad? ¿Dónde está el truco?
Bueno, pues el truco está en que no recibirás el dinero. Aquí analizamos dos tipos de estafas basadas en transferencias.
“¡Hola! Necesito que me diseñes un logo”
Nada más comenzar su andadura como diseñador autónomo, Andrés abrió su propio sitio web y, pese a que no tenía mucha actividad, no estaba dispuesto a cerrarla, ya que un nombre de dominio personal presenta ciertas ventajas.
El sitio estuvo un buen tiempo sin atraer nuevos clientes, pero un día Andrés recibió un mensaje:
“Hola, Soy David. Me gustaría saber si diseñas logos”.
Intercambiaron algunos correos, nada muy específico. Al parecer, David tenía un nuevo negocio. El sitio web estaba en construcción y los materiales para el logo y el catálogo estaban aún en posesión de un “asesor”. Llamémoslo Sr. K.
Pero David estaba impaciente por comenzar, así que aceptó la primera idea de Andrés y dio luz verde sin más preguntas. El único pequeño obstáculo era que David necesitaba que el asesor le enviara los materiales para la tarea; eso, y que David le debía al Sr. K. algo de dinero. No era una cantidad enorme, unos mil dólares, y David quería pagarle, pero por “cuestiones técnicas”, su transferencia se encontraba retenida.
Sin embargo, David propuso enviárselo directamente a Andrés. Eso sería de gran ayuda para poner el proyecto de nuevo en marcha. ¿Estaría de acuerdo con eso? David transferiría a Andrés los honorarios por su trabajo y la deuda con el Sr. K, además de un dinero adicional por las molestias. Posteriormente, Andrés transferiría la suma adeudada al Sr. K. y todos vivirían felices para siempre.
¿Quién podía rechazar una oferta así?
Cómo funciona el fraude de las transferencias
A pesar del atractivo, no se puede negar que el trato resulta sospechoso, sobre todo teniendo en cuenta que este tipo de estafa ya lleva circulando por lo menos un par de años. Si Andrés hubiera aceptado la propuesta, esto es lo que habría sucedido:
- David transfiere 4.500 dólares a la cuenta de Andrés: 3.000 para cubrir los honorarios de Andrés, 1.400 para la deuda con el Sr. K. y los 100 adicionales “por las molestias”.
- Como Andrés es un hombre honesto, transfiere 1.400 dólares a la cuenta del Sr. K, según lo acordado.
- Unos días después, se denuncia el robo de la tarjeta con la que se realizó la transferencia original. El banco invierte la transacción y Andrés pierde todo: sus honorarios y el pago adicional. Pero la transferencia al Sr. K no puede cancelarse. Irónicamente, esta operación sí ha sido legal.
En resumen: la transferencia recibida se cancela después de un tiempo y ese dinero se ve restado de tu cuenta. Pero es casi imposible que recuperes lo que tú has transferido.
Estafas en las que la transferencia recibida es “errónea”
Los diseñadores y otros profesionales autónomos suelen ser muy espabilados (o adquieren experiencia rápidamente). Ante una actuación sospechosa o una solicitud inusual por parte de un cliente potencial, rápidamente acuden a comunidades en Reddit o blogs donde se analizan este tipo de casos.
Sin embargo, a juzgar por los comentarios, verás que hay quien sigue mordiendo el anzuelo y perdiendo dinero. Por ello los estafadores aún siguen utilizando estos timos.
Otra estrategia relacionada con las transferencias tiene como objetivo un público más amplio. Alguien transfiere dinero, normalmente una cantidad muy pequeña, a tu cuenta. Luego, recibes una llamada o un mensaje de texto de alguien con un tono ansioso que asegura que ha realizado la transferencia por error y te pide devolverlo.
Ya te sabes el final. Si envías el dinero a los estafadores, poco después la cantidad transferida inicialmente se esfumará.
Cómo actuar si recibes una transferencia
La respuesta más simple y eficaz para la mayoría de los casos es: no hagas nada. Este es uno de esos pocos casos en los que no actuar es mejor que hacer algo. Bloquea a “clientes sospechosos” y diles a los remitentes de estas transferencias erróneas que contacten con su banco. Pero, sobre todo, lo mejor sería llamar a tu banco y explicar lo sucedido.
No te gastes ese dinero inesperado, ya que el remitente puede intentar recuperarlo por medio del banco o por la vía legal.