La tecnología está avanzando muy rápido, forma parte de nuestra vida y nos aporta mucha comodidad. Sin embargo, no todos los progresos son tan alucinantes e impresionantes como lo eran antes. El continuo crecimiento de la velocidad de datos de las redes móviles no nos dará más alegrías, más bien nos dejará a un usuario con una reacción del tipo ¿puede ir más rápido?
Cuando observamos la nueva generación de televisores que hay en el mercado, no nos sorprendemos más por el precio o la forma del producto más que por la increíble densidad de píxeles. Por otro lado, a nadie parece importarle que un dispositivo móvil sea capaz de calcular la trayectoria de vuelo de una nave espacial con destino a Marte.
El hecho de que las fotos desnudas de Kim Kardashian generara la misma repercusión que el histórico aterrizaje del módulo ‘Philae’ en un cometa, situado a más de 500 millones de kilómetros de la Tierra, no es sorprendente. Personalmente me he dado cuenta de otro efecto secundario de esta sobredosis de tecnología: somos menos cautelosos con el tema de la seguridad, y no pensamos en la cantidad de amenazas que pueden convertirse en problemas comunes dentro de 5-10 años, debido al avance de la tecnología.
¿Es seguro el #futuro #inteligente?
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Cuanto más sofisticados y desarrollados se vuelvan Internet y la tecnología, más nos pondrán al mundo, y a nosotros, en peligro. Por tanto, ¿sabes exactamente lo peligroso que podría ser nuestro futuro? Vamos echar un vistazo.
Fincas y propiedades
Hoy en día, las Casas Inteligentes aún no son un lujo tan común, pero con estas omnipresentes tecnologías, con gigantes como Google y Apple en juego, puede ser sólo cuestión de años, y la mayoría de nosotros estaremos en un salón lleno de dispositivos inteligentes. Un solo dispositivo móvil podría controlar el aire acondicionado, la luz, la seguridad de la casa y los electrodomésticos.
Lo mismo se puede aplicar para los coches: Volvo y BMW ya ofrecen capacidades básicas de control y vigilancia desde smartphones o tabletas y, en unos años, cualquier modelo de gama media, ofrecerá a los usuarios este mismo tipo de funcionalidades dentro de la oferta estándar. Pero bueno, el coste de esta tecnología integrada no es comparable con el coste total del coche.
A pesar del avance tecnológico, estos sistemas tienen mucho en común con un simple candado. Sin embargo, por muy resistente que pueda ser un sistema, después de un golpe fuerte en los sitios necesarios, la cerradura puede romperse en un momento.
Pero todo se vuelve aún más fácil si el acusado tiene la clave, o por lo menos la oportunidad de obtenerla. Si el hacker tiene una llave maestra, puede tener fácil acceso al coche o a la casa de alguien en cuestión de horas o minutos. Demostraciones recientes de hackeos en el caso de la Casa y el Coche Inteligentes pueden verse como ejemplos perfectos.
Is It Possible to Hack My Car? Find out over at @Kaspersky Daily. http://t.co/UOAMP2hb3K
— Kaspersky (@kaspersky) July 19, 2013
Experimentos similares han demostrado que el hackeo de coches y casas de electrónica mejorada no se ha hecho necesariamente con el propósito de robar. Al obtener acceso al sistema del control central, el criminal es capaz de manipular procesos: encerrar a la gente en un interior, controlar el sistema de calefacción, cambiar la composición del agua potable, o hasta controlar el sistema de frenos y dirección del coche. Todo es posible realizarlo sin necesidad de acceder a los respectivos dispositivos, mandos o botones.
Dinero
Los clásicos robos de bancos con escopetas, rehenes y la petición de un coche para la huida, ya son historia y están casi extinguidos. Han sido sustituidos por personas que saben cómo aprovecharse de las vulnerabilidades del sistema bancario y los pagos online. Aceptémoslo, han llegado y están aquí para quedarse.
Si “cargas” con un fajo de dinero en efectivo cuando te vas de compras, por lo menos, puedes sentir que tienes control total sobre el dinero desde que lo ves salir de tu bolsillo hasta que llega a la caja registradora. ¿Pasa lo mismo cuando compras tocando la pantalla de tu teléfono? No lo creo. Y en este caso, ni el comprador, ni el vendedor, están 100% seguros de cuánto dinero se ha cargado y a dónde ha ido a parar exactamente.
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El creciente uso de los sistemas de pago digitales en lugar de dinero de efectivo es una tendencia cada día más común, y un regalo de Navidad para los cibercriminales. Manipular información es mucho más fácil que tratar con objetos tangibles. Me temo que vamos a ejercer un control más persistente en bytes que fluyen en diferentes direcciones, y es que son, de hecho, tu salario ganado con esfuerzo.
Datos personales
Ese momento de almacenar las memorias familiares en una caja de cartón grande en el armario, con películas y música grabada en CDs, junto a todo tipo de discos duros, ya ha pasado. Hoy en día, cada vez más usuarios de Internet utilizan la nube para almacenar sus datos personales, que en muchos casos supera el volumen acumulado de datos almacenados en unidades físicas.
Es probable que dentro de unos años, los sistemas de almacenamiento local se conviertan en una reliquia del pasado, venerada únicamente por usuarios extremadamente cautelosos. Pura lógica: ¿por qué reventar la capacidad limitada de un Ultrabook con contenidos, cuando puedes almacenar tus archivos en la nube y acceder desde cualquier dispositivo, en cualquier parte del mundo?
Pero pasa una cosa: tan pronto como tus datos (fotos, documentos, videos y correspondencia) llegan a la nube, ya no son tuyos exclusivamente. A partir de ese momento, en adelante los derechos de propiedad se aplican a cualquier persona propietaria del almacenamiento en la nube. Esto era así hace 5 años, sigue siéndolo y lo será en el futuro.
Parece que no hay vuelta atrás: es probable que, dentro de algunos años, empresas como Google tengan “modelos” digitales muy precisos, de millones de personas que acceden a Internet. Por otro lado, es probable que los datos sobre tu salud, estilo de vida, localizaciones y gustos personales se mezclen con toneladas de “selfies” y mensajes de texto. ¿Te gusta hacer check in en sitios elegantes y llevar una banda de fitness aunque no estés haciendo deporte, verdad?
Fitness tracking apps & wearables vs #privacy. Guess who wins? https://t.co/YjIZv2vQVa pic.twitter.com/LfMqqWGBES
— Eugene Kaspersky (@e_kaspersky) October 31, 2014
No puedo dejar de citar el juego Watch Dogs y la película La jungla 4.0 (La jungla de cristal 4). Los elementos cruciales de ambas películas son el control de la ciudad a manos de un unificando comando de sistemas, sus habitantes, y un hombre con acceso ilimitado a casi todos los dispositivos electrónicos que le rodean. Pasan muchas cosas en la película y en el juego que son reales, lo cual, honestamente, me parece alucinante.
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Súmale además, que los malware están constantemente evolucionando, que la penetración de Internet es imparable, y el total desconocimiento e irresponsabilidad de los usuarios sobre el tema, y verás que el presumible futuro organizado e impregnado de tecnología, se convertirá en un mundo distópico, donde las ciudades se sumen en el caos con sólo tocar un botón, las personas son prácticamente propiedad de las empresas, y un hacker de 15 años roba billones de dólares gracias a que el código del sistema bancario online tiene un error tipográfico.
¿O no es tan malo después de todo?