Por qué la privacidad online beneficia nuestra salud mental

Proteger nuestra privacidad online puede mejorar nuestra salud mental por dos motivos: deja más tiempo para socializar offline y mantiene a raya los molestos anuncios.

No hace mucho terminé el libro de Johann Hari llamado Lost Connections (Conexiones perdidas), el cual recomiendo a todo aquel que se sienta, aunque sea un poco, deprimido o nervioso. Se trata de un libro muy bueno que insta a la gente a reconectar con las relaciones humanas normales y los valores y hacer algo que realmente importe. Esto puede ayudar a super una depresión, créeme. No es un antídoto universal, pero al menos esclarecerá los motivos por los que te sientes infeliz.

Lo que me sorprendió del libro fue que alguna de las cosas que decía Hari sobre esta sociedad rota y cómo arreglarla también estaban relacionadas con nuestra privacidad. De hecho, es bastante sorprendente, ya que, al parecer, cuidar tu privacidad online puede tener un impacto positivo en tu estado mental. En este artículo tan personal, me gustaría describir dos aspectos de privacidad que están directamente relacionados con nuestro estado mental. Cabe destacar que estoy hablando a título personal y que, por tanto, la postura oficial de la compañía puede diferir.

Las redes sociales: La desconexión

Las redes sociales nos permiten hablar con amigos y familiares de todas partes del mundo y a cualquier hora, sin embargo, nunca en la historia de la humanidad el ser humano se ha sentido tan solo y desconectado de los demás, es una de las grandes paradojas de la situación actual.

Pero Hari no es el único en señalar esta desconexión, también lo hacen diferentes fuentes independientes, incluido nuestro propio estudio. Las redes sociales no pueden sustituir la comunicación real y normal con la gente que aprecias. Incluso en lo que respecta a la química, la comunicación a través de las redes sociales resulta muy diferente a hablar cara a cara con un humano de carne y hueso; pues en el último caso, se libera una hormona llamada oxitocina y esta (junto con la serotonina y la dopamina) es la responsable de nuestra felicidad.

En nuestro blog hemos hablado mucho sobre privacidad y seguridad en las redes sociales, sugiriendo que cambies los ajustes de Facebook, LinkedIn, Twitter e Instagram, entre otros. La mayoría de estos cambios pretenden evitar que extraños accedan a información que no deberían. También hemos hablado del hábito de compartir en exceso y sus consecuencias negativas. Cuanto más indago en los ajustes de privacidad de las redes sociales y leo sobre la filtración de información de las redes sociales (ya sea el escándalo del Cambridge Analytica o, por ejemplo, la fuga de Ashley Madison), más me viene a la cabeza la idea de eliminar mis cuentas en las redes sociales o, al menos, minimizar el tiempo que invierto en ellas.

Soy una persona precavida, por lo que he estado considerando mucho esta idea y he llegado a la conclusión de que no borraré mis cuentas en Facebook, Twitter o LinkedIn, entre otras redes sociales. Todas tienen algo bueno. Facebook me recuerda fechas de cumpleaños y me ayuda a ponerme en contacto con antiguos compañeros periodistas o conocidos cuando he necesitado información para mis artículos en este blog. Seguramente, LinkedIn me venga bien para mi carrera (al menos eso es lo que la gente dice, no es mi caso, aunque me ha ayudado a encontrar oportunidades profesionales para mi mujer). Twitter es una red social que utilizan muchos investigadores de la seguridad de la información, por lo que es una buena fuente de noticias de nuestra industria.

En mi opinión, la solución es configurar los ajustes de privacidad de las redes sociales para que sean lo más estrictos posible, minimizar el tiempo que se les dedica y considerarlas una forma de comunicación con amigos y familiares. Así que borré Instagram y Swarm, que me deprimían y me hacían sentir envidia de otros usuarios. Después de aplicar estos cambios y destinar menos tiempo a las redes, me siento menos deprimido y dispongo de más tiempo para ver a mis amigos, lo que me ha hecho sentir mucho mejor.

Se trata de una solución personal, a mí me ha funcionado, puede que a ti no, pero me gustaría al menos preguntarte: ¿de verdad necesitas todas esas cuentas en las redes sociales? ¿Y de verdad tienes que emplear tanto tiempo en ellas? Minimizar la comunicación y el contenido compartido en las redes sociales es una forma de incrementar tu privacidad online y de sentirte mejor. Aunque borrar tus cuentas podría ser aún mejor, si estás preparado para dar este importante paso.

Publicidad: La desconexión de los valores

Se estima que estamos expuestos a más de 4000 anuncios al día. No somos conscientes de todos ellos, pero ahí están: carteles en las calles, banners en los sitios web, anuncios de texto en motores de búsqueda, publicaciones promocionadas en las redes sociales y demás. Por no hablar de que mucha gente lleva ropa de marca, con sus respectivos logos publicitarios. El mundo actual quiere que compremos cosas y cientos de miles de comerciantes y vendedores trabajan a diario para hacernos creer que comprar te hará sentir feliz o mejor, o te ayudará a hacer realidad tus sueños.

Puede que haya algo de verdad en todo esto. Por ejemplo, comprar una bici puede hacerte más feliz al pensar en las alegrías que te darán sus agradables paseos. Pero comprar una más cara y con muchas funciones, en vez de una vieja más sencilla no tiene por qué hacerte más feliz; los paseos por el parque serán más o menos lo mismo. La bici más lujosa elevará tu condición entre la gente de la calle, pero eso no le importa a los que realmente se preocupan por ti.

Los anuncios nos animan a comprar cada vez más cosas nuevas. Da igual qué coche tengas, siempre habrá uno con más caballos y características. Además, los anuncios personalizados te instarán a echarle un vistazo, puede que hasta a probarlo, para que realmente quieras tenerlo. Este tipo de anuncios que encontramos en los motores de búsqueda y en las redes sociales son los más exitosos, ya que están diseñados específicamente para nosotros. Pero lo que promocionan no son lo que realmente queremos, sino lo que la sociedad quiere que tengamos. Estos se conocen como valores extrínsecos, nuestros valores reales son los intrínsecos.

Nuestros valores intrínsecos no suelen estar relacionados con lo que tenemos, sino con lo que hacemos (por ejemplo, aprender a tocar un instrumento musical) o lo que nos importa. Consisten en hacer cosas significativas para los que nos importan o para la sociedad en general. A veces, se trata de convertirse en algo.

La persecución de nuestros valores intrínsecos, las ideas que realmente nos importan, es una de las cosas que nos hace feliz, que nos hace querer vivir nuestra vida. Pero estos valores suelen estar ocultos, eclipsados por las extrínsecos, porque nadie publicita nuestros valores intrínsecos; nuestra misión es indagar en nosotros y encontrarlos. Por otro lado, los valores extrínsecos se encuentran por todas partes, de hecho, como ya hemos comentado, en Internet están diseñados específicamente para atraernos.

¿Qué tipo de información se utiliza para incrementar la relevancia de los anuncios online? Nuestras publicaciones en las redes sociales, los me gusta, nuestra ubicación o las cosas que hemos buscado. Lo que escribimos en nuestro Gmail y lo que hablamos en Facebook Messenger. En resumen, lo que conocemos como big data.

¿Cómo evitamos los anuncios dirigidos? Volviendo a la privacidad, podemos empezar por no dar demasiada información a los que los emiten ni permitirles que nos rastreen.

Bueno, no estoy hablando de abandonar Gmail para siempre, es demasiado práctico. Yo lo utilizo y pienso seguir utilizándolo. Y precisamente lo que quiero con este artículo es que pienses en los servicios que utilizas y que recopilan tus datos con fines publicitarios, ¿los necesitas? ¿Cuáles de ellos podrías remplazar por otros que respeten más tu privacidad?

Yo ya he dicho qué voy a hacer con las redes sociales, ahora te toca a ti. Si minimizas el tiempo que inviertes en las redes, verás menos anuncios y aportarás menos datos personales que puedan ser empleados para dirigirse a ti. Pero hay motores de búsqueda y, por ejemplo, sitios web de noticias que también quieren ofrecerte publicidad personalizada. Esto lo puedes evitar con un software que evite el rastreo y con servicios que estén a favor de la privacidad. Por ejemplo, hace poco cambié Google como motor de búsqueda habitual por la plataforma DuckDuckGo. También emite anuncios, de hecho, así es cómo gana dinero, pero no te rastrea ni cuenta con una enorme red publicitaria como Google Ads, por lo que ningún sitio emitirá anuncios basados en tus búsquedas.

Los resultados

Emplear más tiempo en hablar en persona con la gente que me importa y menos en las redes sociales me funcionó y puede que a ti también. Me di cuenta de que hay gente a mi alrededor que cuenta con los mismos problemas que yo y solucionarlos juntos o, al menos, compartirlos, hizo que considerara estos problemas menos significativos y más tolerables.

Probablemente, después de leer el libro de Hari y hacer algunos cambios en mi vida, puedo decir que soy más feliz y que el proceso se ajustó muy bien con mi idea de aumentar la privacidad online. Y, como parte de volver a conectar con los valores que importan, quiero crear algo que tenga al menos la oportunidad de mejorar la vida de otras personas. Por ello escribo este artículo y espero que pueda ayudar al menos a algunos de vosotros.

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