Puedes prohibir a tus hijos que tengan perfiles en las redes sociales y creer que te han escuchado, pero lo más probable es que encuentren el modo de acceder a ellas. Así que afrontemos la realidad e intentemos hacer que sus cuentas de Facebook y Twitter sean lo más seguras posible, al mismo tiempo que ellos aprenden a hacer un uso responsable de ellas.
Por supuesto, Twitter y Facebook (además de ser redes sociales muy populares) hacen negocios con sus datos. Esto significa que ganan dinero vendiendo cualquier cosa que se publique en ellas, a compañías externas de marketing y publicidad, entre otras. Estas entidades usan los datos para segmentar sus campañas de producto y publicidad, dirigiéndolas a ti o, en este caso, a tus hijos. Además, monitorizan la navegación de los usuarios dentro de la plataforma. No obstante, esto se puede prevenir: ocultando esta información antes de que se venda. De todos modos, el año pasado, un joven europeo pidió a Facebook su perfil de datos (posts, chats, búsquedas… etc.); el veinteañero recibió un PDF de 1.200 páginas con todo lo que había hecho en la red, incluso aquello que había “borrado”.
Menciono esto porque la recogida de datos es algo verídico y no hay manera de evitar que se transfiera esta información a terceros. Si estás totalmente en contra de esta venta al por mayor de tu información personal; entonces, las redes sociales no son para ti – ni para tus hijos. Sin embargo, si estás de acuerdo con esto, existen formas para mantener la información que publican tus hijos en Facebook y Twitter privada para otros usuarios.
Lo primero que tienes que decir a tus hijos (y esto también debes aplicártelo a ti) es que necesitan tener muchísimo cuidado al aceptar solicitudes de amistad (en Facebook al menos). Internet es un lugar peligroso, especialmente, para los adolescentes. Esto no es una exageración: SÓLO ACEPTA SOLICITUDES DE AMISTAD DE GENTE QUE CONOZCAS Y CONFÍES EN ELLA. Vamos un poco más allá: cuando yo recibo una solicitud de amistad, compruebo el perfil del solicitante para asegurarme que es la persona que dice ser. Es común que los hacerks se hagan pasar por gente que conocen tus hijos, engañándolos y entrando en su red de amigos.
Recientemente, publicamos un vídeo en Threatpost que detalla los modos en que puedes utilizar las funcionalidades de Facebook para reforzar la seguridad de la cuenta. Os recomiendo que le echéis un vistazo antes de que tus hijos abran una cuenta.
Twitter es una animal totalmente diferente al ser un entorno más libre que Facebook. Por defecto, tus hijos no tendrán la oportunidad de vetar a sus seguidores, quienes podrán ver todo lo que publiquen. Existen algunos ajustes, que si se activan, pueden privatizar tu cuenta, protegiendo tus tweets. Así, cualquier seguidor necesitará su o tu permiso para seguirle. Además, también se pueden desactivar las etiquetas de localización que publican el lugar físico desde donde se envían los tweets. Sumado a esto, hay opciones de notificaciones vía email que ayudan a tus hijos y a ti a monitorizar qué está pasando en su cuenta de Twitter.
Es necesario que los niños sean conscientes de que los timadores caminan a sus anchas en Facebook y Twitter. Los estafadores siempre se aprovechan de desastres no naturales (la muerte de una estrella del pop, un evento deportivo o cualquier otro evento mundialmente conocido). Seguro que tu hijo no sabe quién era Elizabeth Taylor, pero puede que tu niña haya caído en la trampa del timo que afirmaba que Justin Bieber había sido apuñalado por la espalda por un fan enloquecido después de un espectáculo en Los Ángeles.
Si Facebook está plagado de estafas (¡lo está!), Twitter parece que está diseñado para darles todo el apoyo posible. El límite de 140 caracteres obliga a acortar las URL. El problema reside en que es imposible saber a dónde te lleva el enlace. Los estafadores se aprovechan de este hecho para distribuir malware a través de websites infectadas. A veces es fácil descubrir el engaño pero otras muchas no. Como GI Joe siempre dice: “El conocimiento es la mitad de la batalla”.
Teniendo en cuenta que el bullying ha pasado de un acto aislado a un hecho tan popular, que, incluso, se han rodado películas al respecto; es realmente importante asegurarnos que las cuentas de nuestros hijos tienen contraseñas seguras. Lo último que deseas (si eres un niño de 13 años) es que tus compañeros de clase sepan tu contraseña, accedan a tu cuenta y publiquen posts humillantes y falsos. La manera de evitarlo es usando contraseñas complicadas y seguras.
Como padre, puedes enlazar la cuenta de hijo a tu dirección de email y dispositivo móvil. De esta manera, puedes saber si se ha accedido a la cuenta desde un dispositivo desconocido y cerrándola antes de que se convierta en un problema.