El mundo se ha escandalizado al conocer, gracias a Edward Snowden, las actividades intrusivas que llevaba a cabo la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) de EE.UU. Este ciudadano estadounidense filtró miles de documentos que detallaban la vigilancia que se hacía a ciudadanos y gobiernos de todo el planeta.
Pero no hace falta pertenecer a este organismo para “espiar” los perfiles de los usuarios. Ellos mismos publican, consciente o inconscientemente, muchos datos personales; compartiendo información de valor y ayudando, incluso, a saber o predecir la ubicación física de la persona.
Una aplicación desarrollada por la Universidad de Berkeley en colaboración con el ICSI muestra cómo se puede utilizar el contenido publicado en las redes sociales para rastrear los movimientos físicos de los usuarios. La app The Ready or Not? utiliza los datos de GPS publicados en los posts de Twitter o Instagram para crear un mapa con los puntos donde se sube el contenido e incluso cuándo se hace.
Como ya hemos mencionado anteriormente, al compartir este tipo de información con nuestros amigos y seguidores nos exponemos a muchos riesgos: robos en nuestro domicilio o depredadores sexuales que conocen los lugares de paso de nuestros hijos. Este último caso es especialmente peligroso porque los jóvenes tienden a publicar gran cantidad de datos personales en la Red sin tener en cuenta las posibles consecuencias de sus actos. Aunque esta app solo utiliza Twitter e Instagram, otras redes sociales también ofrecen funciones similares de geolocalización como Facebook o Foursquare.
La aplicación The Ready or Not? forma parte de una página web que intenta educar e informar a los usuarios, particularmente a los más jóvenes, sobre los riesgos que corren al compartir información personal en la Red. Asimismo, se facilitan diez principios de la privacidad en redes sociales y se muestra lo que puede suceder si alguien utiliza sus datos de forma maliciosa. Dichos principios, además, incluyen la pérdida de anonimato en la web y la pérdida de control sobre cualquier dato publicado online.
La mejor forma para evitar estos peligros es desactivar la opción de geolocalización que incluye Instagram o Facebook y tampoco enlazar la cuenta de Foursquare con Twitter. Por último, los padres deben hablar con sus hijos sobre las redes sociales y la importancia de evitar publicar la localización en sus actualizaciones o posts.