Hoy en día, Twitter ya forma parte de la marca personal de cualquier persona; no importa si tienes una pequeña empresa, eres un gran magnate o alguien que quiere compartir sus puntos de vista con cualquiera que esté dispuesto a escucharle.
No obstante, todo el mundo –desde Barack Obama o Britney Spears a grandes organizaciones como BP (British Petroleum) o New York Times- han sido víctimas de un ataque a manos de hackers para piratear su cuenta en Twitter. Dichas brechas en seguridad no sólo son embarazosas sino que afectan a la reputación y credibilidad del usuario.
¿Cómo podemos proteger nuestros tweets personales o aquellos de la marca que estamos gestionando?
Utiliza contraseñas fuertes. ¡Olvídate del nombre de tu mascota o la fecha de nacimiento de tu madre! Por supuesto, no es recomendable usar palabras como “contraseña”, “admin” o cualquier otro término que sea tan fácil de adivinar como a ti, recordarlo. Además, tampoco es buena idea utilizar cualquier palabra que aparezca en el diccionario. Añadir números a las palabras es un buen comienzo, pero es mucho mejor si utilizamos una expresión, que podamos recordar, y que nadie más pueda conocer. Si la puedes memorizar, entremezcla símbolos no alfanuméricos. Te aconsejamos que hagas lo mismo con todas tus cuentas online, tanto bancarias como redes sociales o correo electrónico.
Ten cuidado con las páginas de phishing. Un hacker nunca intentaría piratear tu contraseña si tú se la pones en bandeja. Por este motivo, debemos estar atentos a los timos de phishing que te preguntan por tu contraseña o por cualquier otro tipo de información confidencial. Si recibes un email pidiéndote que restablezcas tu contraseña –sin haberlo pedido- no hagas nada. Además, debes ser precavido con las URLs acortadas (por ejemplo, bit.ly); éste es el mecanismo que utilizan los estafadores para enmascarar los links maliciosos.
No uses equipos infectados. Existen usuarios que utilizan sus equipos, aunque el sistema esté infectado, porque siguen teniendo acceso a su correo electrónico o demás aplicaciones. Si puedes trabajar con tu ordenador, aunque esté infectado, otros también pueden hacerlo. Así que toma las soluciones necesarias para limpiar el sistema y, aún mejor, evita que esto suceda. Mantén tus aplicaciones –navegadores web, plugins, software…- actualizado con las últimas versiones.
No uses ordenadores públicos. Nunca utilices un equipo de terceros para acceder a cuentas personales. No tienes ni idea de la clase malware o scripts malicioso que corretea a sus anchas en los ordenadores disponibles para uso público de hoteles, aeropuertos, centros de negocios o, incluso, en el portátil de tu mejor amigo. Sé inteligente y actúa con cautela.