¿Todo lo que leemos en las redes sociales es cierto? En este post queremos enseñaros a distinguir las verdades de las mentiras que circulan por la Red.
Desde mascotas a punto del desahucio en centros de acogida hasta la Estatua de la Libertad rodeada de nubes apocalípticas; las redes sociales están plagadas de rumores falsos o verdades a medias. Seguramente, hayáis hecho “Me gusta” o hayáis retwiteado algunos de estos mensajes. Todos ellos tienen algo en común: crean una impresión tan fuerte en los usuarios que estos los comparten y difunden rápidamente. Desafortunadamente, en la mayoría de los casos no son más que meros bulos: o el centro de animales ya cerró hace lustros o la popular estatua sigue en pie, sin ningún rasguño. Tanto los textos tan convincentes como la magia del Photoshop ayudan a enmascarar la verdad y cada vez es más difícil comprobar la veracidad de los hechos.
Fuentes de confianza
Los periodistas actuales deben trabajar tan rápido que es inevitable que se produzcan equívocos. Éste el motivo por el cual medios como BBC o CNN publican información falsa de vez en cuando. No obstante, estos corrigen dichos errores tan pronto como se dan cuenta. Ésta es la diferencia clave con los blogs personales o pequeña websites, cuyos autores, rara vez, se retractan de sus escritos. Entonces, la norma general es: las grandes agencias son más fiables; las webs pequeñas ofrecen menor confianza y los blogs y redes sociales no son de fiar. Sin embargo, los usuarios creen lo que leen en estos últimos debido a la confianza depositada en su círculo de amistades y familiares en la Red.
Si leéis una historia realmente emotiva, sin datos fehacientes, os aconsejamos que comprobéis la veracidad de la misma. La información puede ser obsoleta (especialmente en casos de ayuda/ caridad o colaboración) o, totalmente, falsa. Además, verificar dichos datos no os llevará tanto tiempo.
Los cibercriminales utilizan esta información para atraer a los usuarios hacia páginas maliciosas. Normalmente, usan noticias importantes y de actualidad. Así que, la próxima vez que pinchéis en un enlace, pensad si la fuente de información es de confianza y tomad medidas para proteger vuestro equipo informático. Pero… si sospecháis de un artículo o un post, ¿cómo comprobamos que es cierto?
Buscar en Google
Aunque no sea el método más fiable, nos proporciona resultados rápidos. Abre un buscador (Google o Bing…), introduce los detalles principales del mensaje sospechoso y comprueba los resultados. La forma más meticulosa es analizar el texto de los enlaces que nos ha ofrecido el buscador: comprobar quién lo escribió, comparar el contexto… pero, lamentablemente, la mayoría de la gente no tiene tiempo para eso. Lo más simple es mirar las páginas donde aparece el texto. Si una página poco seria (que no sea un periódico, una página gubernamental, etc.) aparece en la primera página de resultados y solo se puede ver comentarios en redes sociales, entonces, podéis estar seguros de que la información no es verídica.
Recientemente, apareció una noticia en la fuente online Vatican Crimes, la cual relataba una historia realmente impactante y atractiva para los lectores:
Copiamos la cabecera y la pegamos en Google. El primer resultado era un artículo dudoso. Para comprobarlo exhaustivamente, pinchamos en la pestaña “Noticias” y vimos los resultados de aquellas páginas que Google considera noticias. El resultado fue concluyente: nada coincidía. ¡Menos mal!
Buscar la fuente
Un método más complicado de evaluación es buscar la fuente de información. Las páginas oficiales pueden ser de gran ayuda para comprobar la veracidad de un dato.
Si la noticia está relacionada con un producto o servicio, debemos buscar la página oficial de la compañía en Internet (Google + “página oficial XXXXX”, por ejemplo) y entrar en la sección “Noticias”. Si no se localiza ninguna información al respecto, un periodista profesional llamaría al gabinete de prensa para conocer la postura oficial de la entidad. No obstante, un usuario ordinario puede buscar en la pestaña “News” de Google, utilizando el nombre de la compañía y el producto; tal vez, dicho periodista ya haya hecho el trabajo por nosotros. Por ejemplo, TruthTeller es un servicio estadounidense, del grupo The Washington Post, el cual publica y comprueba las citas más populares e interesantes de políticos u otras fuentes de información.
Otro truco útil es elegir los resultados, obtenidos en Google News Search, por su fecha de publicación. Google identifica, inmediatamente, la primera fuente de las noticias y los usuarios podemos decidir si dicha fuente es fiable o no.
Citas falsas
Otro fenómeno realmente popular en la Red, aunque inofensivo, son las citas falsas atribuidas a personajes famosos o celebridades.
Por este motivo, os aconsejamos que no busquéis citas célebres introduciendo el texto en un buscador porque os encontraréis muchas copias de ésta. Una mejor opción es buscar la lista de citas de la persona en cuestión.
Imágenes falsas
Saber si una imagen es cierta o no es una tarea más difícil. No obstante, podemos comprobar la veracidad de la misma introduciéndola, simplemente, en un buscador o comprobando el texto que la acompaña. Para realizarlo, podemos utilizar Google search by image y TinEye.
Al cargar una imagen de una red social, se puede comprobar si aparece en otras páginas o no. Por ejemplo, los primeros resultados de TinEye y Google para el post sobre “la tortuga más grande del mundo” nos llevan a la web de la película japonesa, Gamera the Brave.
Con respecto a aquellas imágenes que muestran hechos recientes (como las fotografías del huracán Sandy), este método no funciona y se necesita analizar en detalle dicha foto. Sin embargo, encontrar los errores en una imagen es un trabajo minucioso y difícil. Se necesita práctica para detectar las irregularidades en la luz de los objetos de la foto, encontrar las diferencias de tono y textura en los cuerpos o en las líneas de las siluetas. La página PSkiller puede encontrar, de forma automática, algunas de estas pruebas; identificando aquellas fotografías retocadas con Photoshop.