¿Alguna vez has navegado en Internet y te ha aparecido un pop up o anuncio de un producto que ya habías buscado anteriormente? Cuando visitas tu website favorita ¿ya tiene guardada tu información de acceso? ¿Tus carritos de la compra online están repletos de recomendaciones de artículos? A veces parece que las páginas web nos conocen mejor que nosotros mismos. Esto es posible gracias a las cookies. Cuando hablamos de cookies no nos referimos a la traducción inglesa del término galleta. Estamos hablando de las cookies de Internet o dispositivos de rastreo que siguen nuestro comportamiento digital. Antes de seguir navegando en la Red, tal vez debas pararte y aprender qué son exactamente para poder proteger tu ciberprivacidad.
¿Qué son las cookies?
Una cookie es un fragmento de texto o un pequeño dato que el servidor web proporciona al navegador cuando visitamos una página web; guardando información en el disco duro sobre nuestros hábitos online. Cada vez que visitamos una página que usa cookies, nuestro dispositivo envía los datos para que el navegador pueda recordar quiénes somos y crear, así, una experiencia de usuario más personalizada.
Existen dos tipos de cookies: temporales y permanentes. Las temporales, o de sesión, solo tienen validez el tiempo que dura la sesión. Una vez se cierra el navegador, se eliminan. En cambio, las cookies permanentes están configuradas para varias sesiones de navegación y sólo desaparecen cuando llega su fecha de expiración o las eliminamos nosotros mismos. Las páginas web utilizan este tipo de cookie para personalizar la experiencia online del usuario como, por ejemplo, recordando los datos de acceso y los productos de nuestro carrito de la compra o recibir la información meteorológica según nuestra ubicación. Además de este tipo de cookies, también podemos encontrar cookies de terceros, configuradas por websites para rastrear nuestro comportamiento en otras páginas. Esto lo suelen utilizar los anunciantes para saber las web que visitamos y recopilar información que les ayude a crear un perfil de nuestras preferencias.
Las buenas noticias son que, al permitir a las cookies acceder a nuestra información, obtenemos una experiencia de usuario más personal. No obstante ¿es seguro que nos rastreen de este modo?
¿Son las cookies peligrosas?
Cuando hablamos de privacidad y cookies muchas son las voces que se alzan en su contra. El consenso general es el siguiente: aunque no sean peligrosas para nuestro equipo, debemos tener cuidado ya que reúnen información personal y podemos ser víctimas de un ataque man-in-the-browser. En el año 2011, la investigadora de seguridad italiana Rosario Valotta encontró vulnerabilidades dentro del navegador Internet Explorer, las cuales permitían que se atacasen los datos personales de aquellos usuarios que, sin saberlo, compartían sus cookies. Afortunadamente, estos ataques no son muy comunes, pero algunas websites han empezado a tener más cuidado a la hora de proteger la confidencialidad de los usuarios; bloqueando tanto las cookies permanentes como aquéllas de terceros.
Consejos para protegernos
Existen opciones al elegir si queremos o no cookies que graben nuestros hábitos online. Los siguientes consejos nos pueden ayudar a protegernos mejor:
1. Limpia o elimina tus cookies
Siempre tenemos la opción de eliminar el historial de navegación y las cookies. Sin embargo, si no quieres hacerlo de forma manual puedes utilizar una herramienta de limpieza como PURE 3.0 que te ayude con la tarea.
2. Modifica los ajustes del navegador
Algunos navegadores, como Firefox y Safari, te ofrecen mayor control sobre la información que rastrean las cookies. Es necesario comprobar las distintas opciones en los ajustes de privacidad de tu navegador.
3. Usa los Add-Ons
También existe la posibilidad de usar add-ons del navegador para gestionar las cookies de forma más específica. Hay multitud de opciones como activar solo aquéllas que quieras que conozcan tu vida online.
4. Comparte con moderación
Debemos utilizar el sentido común cuando usamos ordenadores públicos. Así, no es aconsejable introducir datos personales que las cookies puedan guardar y siempre tenemos que asegurarnos de que no dejamos ninguna cuenta o sesión abierta.
5. Protégete
Por supuesto, la última defensa frente a cualquier ataque es instalar una solución de seguridad informática en todos nuestros dispositivos con acceso a la Red para, así, tener el control de nuestra privacidad.