Útima etapa de los 7 Volcanes: Ojos del Salado

Cada uno en la vida tiene la oportunidad de vivir una aventura o hacer una proeza. En Kaspersky Lab nos encantan las personas aventureras e inconformistas, por eso hemos ayudado a Olga Rumyantseva, una alpinista rusa, a escalar los volcanes más altos de cada continente del mundo. Durante este año, ha llegado a la cima de los montes Sidley, Killimanjaro, Damavand, Elbrus, Pico de Orizaba y Giluwe. El viernes pasado, Olga conquistó también la cima de Ojos del Salado, el séptimo y último volcán de su aventura. La deportista afirma que no hay nada de heroico en sus viajes, por eso siempre hemos utilizamos expresiones como “espíritu de superación” o “pasión” para describir las motivaciones que la han impulsado a lo más alto.

Para los que no estéis familiarizados con este reto, Ojos del Salado es el volcán más imponente de la Tierra, con  6.891 metros de altura. Solo los escaladores más expertos pueden atreverse con él, porque en la fase final hay que emprender una escalada muy difícil y a veces son necesarias incluso cuerdas. Además, para acostumbrarse a la altura extrema se necesitan, aproximadamente, diez días de aclimatación. El plan era bastante sencillo: Olga, acompañada por Mario, un guía local, tenía que llegar hasta el Refugio Tejos (cuota 5.800 metros) y pasar sola 10 días para acostumbrarse al clima y luego emprender la escalada en solitario. Desafortunadamente, todo empezó a ir mal desde el principio, porque su coche se salió del camino, volcando y dando vueltas de campana. Después del accidente, fue necesario volver a Copiapo, donde Olga estuvo ingresada en el hospital local por una herida en la mano. “Cuando me desperté, estaba toda cubierta de cables y con un gotero en el brazo, empecé a pensar qué iba a hacer. Si a mi lado hubiera estado alguien que hablara inglés, seguramente me habría aconsejado descansar un par de días y luego volver a casa. Pero ahí el único que hablaba inglés era Mario, otro apasionado de la montaña como yo, y que me convenció para continuar”, nos confiesa Olga. Al final, el doctor le aplicó un vendaje especial, que no necesita cuidados especiales durante una semana, así que Olga y Mario cogieron otro coche para hacer una “visita exprés” al volcán. Considerando que Olga tenía una mano herida, escalar en solitario era muy peligroso, así que Mario decidió acompañarla hasta la cima.

Cuatro días de viaje más una excursión a Tejos no cuentan como aclimatación, pero ya no había tiempo suficiente y era imposible posponer más la escalada. Así que el 5 de diciembre estos dos amantes de la montaña empezaron su viaje hacia la cima de Ojos del Salado. A Olga no le ha gustado nada realizar este reto tan difícil con una mano herida y sin haber tenido  tiempo para acostumbrarse a unas condiciones meteorológicas tan adversas. “No intentéis nunca a hacer algo así. En serio, es imposible”, nos ha dicho. El momento más duro fue la fase final de la escalada, porque hacían falta dos manos. “Me encontraba fatal, me movía muy despacio y cada minuto pensaba que tal vez hubiera sido mejor volver a casa. Una vez intenté decírselo a Mario, pero nuestra comunicación en inglés era muy básica, solo utilizábamos unas pocas palabras. Normalmente nos comunicábamos a través de gestos, pero las manoplas no ayudaban. No me acuerdo cómo, pero al final conseguimos llegar a la cima”, cuenta Olga.

El descenso también fue complicado y largo pero, afortunadamente, sin accidentes. Ahora Olga ya se encuentra en Moscú y se está recuperando. ¡Seguro que se pondrá bien en poco tiempo! Naturalmente, felicitamos a Olga por ser la tercera persona en el mundo en conquistar los siete volcanes de cada continente; además, ha sido la única en hacerlo en solo un año. ¡Esperemos que tenga otras aventuras tan excitantes, pero sin arriesgar demasiado su vida!